El Salvador busca incorporar autobuses eléctricos a transporte público

Un estudio que incluirá la posibilidad de introducir buses eléctricos para San Salvador, además de la modernización del sistema de transporte urbano, será desarrollado en el primer trimestre de este año.

Con este, que busca apoyar al Gobierno de El Salvador, pretenden recomendar la factibilidad técnica para la incorporación de esas unidades para la capital. Actualmente todos los buses son movidos por diésel.

El costo del proyecto es de $550,000 y será financiado por el Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE) y la República de Corea, anunció este 16 de enero la institución financiera regional.

Además, pretenden dar recomendaciones que sirvan para la renovación de la flota de buses y la reestructuración de las rutas.

El presidente ejecutivo del BCIE, Dante Mossi, dijo que “la modernización del sector de movilidad y transporte continúa siendo impulsado por el BCIE en los países de nuestra región, y con la presente  ooperación técnica se apuesta porque la ciudad de San Salvador cuente un sistema de transporte más eficiente, económico y sostenible de la mano de la eficiencia operativa, disminuyendo así la congestión del tráfico y los accidentes, y aumentando la seguridad asociada con el sector transporte, mientras que, a su vez, se mitiga las emisiones de gases de efecto invernadero”.  

El proyecto incluye recomendaciones para nuevos modelos de negocios. Esperan también contribuir con el Gobierno para que desarrolle una estrategia que atraiga la inversión y facilite la participación de empresas públicas y privadas como parte de un compromiso conjunto con la reforma de la red de transporte de autobuses en San Salvador..

El transporte público de pasajeros en San Salvador Salvador ha sido por décadas uno de los quebraderos de cabeza de los gobiernos y apenas han logrado algunas reorganizaciones de rutas en la ciudad, mientras se ha estancado una y otra vez la modernización de las unidades y la mejora del servicio al pasajero.

En 2013 el gobierno implementó en la capital un sistema de buses articulados y cortos que circulaban por un carril especial y los pasajeros pagaban el pasaje con tarjetas. En este invirtió $45,000,000 y contaba con 37 unidades, pero años después una resolución judicial ordenó que las vías para estos debían ser de abiertas al público en general y en 2020, con la llegada de la pandemia, el Ejecutivo ordenó el cierre del sistema por razones sanitarias y ya no volvió a funcionar.

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