El encargado de negocios de los Estados Unidos en Nicaragua, Kevin O’Reilly, llamó este miércoles a los migrantes irregulares a no poner sus vidas en manos de traficantes de personas y lamentó la tragedia ocurrida el 5 de febrero pasado cuando un bote naufragó con 17 extranjeros frente a la costa caribeña nicaragüense.
“Hace unos días, 17 hombres, mujeres y niños de todo el Medio Oriente y Asia navegaron en un pequeño bote 150 kilómetros desde una isla en Colombia hacia una isla en Nicaragua. Atravesaron medio mundo y pusieron sus vidas en manos de traficantes de migrantes para intentar llegar a mi país, los Estados Unidos de América. Ese bote se hundió a menos de 200 metros de la costa. Cinco murieron, incluidos niños, cuatro siguen desaparecidos. Estos viajeros no encontraron un futuro brillante, solo muerte, sufrimiento y arrepentimiento”, dijo O’Reilly en un mensaje en redes sociales.
El naufragio ocurrió frente a las costas de Corn Island, en el Caribe de Nicaragua y tuvo lugar cuando la embarcación Ocean Master II, una panga de bandera nicaragüense naufragó cerca de la isla tras zarpar de San Andrés, Colombia, el 4 de febrero. A bordo viajaban 17 migrantes provenientes de diversas nacionalidades, incluidos India, Vietnam, Egipto e Irán, quienes intentaban llegar a Bluefields, en el caribe sur de Nicaragua.
“No hagan esto. Estos viajes, por tierra o por mar, pueden costarles sus ahorros, su salud y sus vidas. Y cuando las autoridades de inmigración de mi gobierno los encuentren, los detendrán y los enviarán a casa. Para las familias y amigos de los desaparecidos, los muertos, esperamos que los muertos puedan encontrar la paz, y que este sea su último dolor”, agregó O’Reilly en su mensaje.
Estados Unidos y Colombia han denunciado reiteradamente que fuerzas militares de la dictadura de Nicaragua colaboran con las redes de tráfico de personas en la ruta marítima San Andrés-Corn Island-Bluefields; una vez en tierra firme, los migrantes son escoltados y guiados por policías, agendas de Migración y operadores políticos sandinistas a la frontera de Honduras, desde donde prosiguen la ruta a Estados Unidos.