Un estudio publicado en el sitio web especializado ScienceDirect ha arrojado luz sobre la mortalidad y el exceso de muertes atribuidas a COVID-19 en Costa Rica. Según el análisis, realizado desde marzo de 2020 hasta diciembre de 2021, la enfermedad representó el 15 % de las muertes en el país, con una tasa de mortalidad relacionada de 83 por 100,000 personas-año.
Este estudio, apoyado por la Universidad de Costa Rica y la Agencia Costarricense de Investigaciones Biomédicas – Fundación Inciensa, destaca que, en un principio, las muertes observadas eran inferiores a las esperadas.
Sin embargo, a partir de julio de 2020, se registró un exceso de muertes, siendo notable en todos los grupos de edad mayores de 30 años.
Los especialistas, entre ellos Romain Fantin, Cristina Barboza-Solís, Allan Hildesheim y Rolando Herrero, han evaluado el impacto de la pandemia por edad, sexo, nivel socioeconómico y urbanicidad.
https://www.sciencedirect.com/science/article/pii/S2667193X23001904
Según sus hallazgos, las tasas de mortalidad y la posible pérdida de vidas aumentaron con la edad, lo que justificaba la priorización de las personas mayores en la campaña de vacunación.
Más de 7,640 muertes por COVID-19
El análisis se basó en datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) de 2017-2021, y se evaluó el exceso de mortalidad por sexo, edad, causa de muerte y características socioeconómicas del distrito.
La investigación reveló que, aunque Costa Rica experimentó una mortalidad menor de lo esperado durante el período prepandemia, durante la pandemia la situación se revirtió, mostrando un aumento significativo en el número de muertes.
Además, el estudio indica que la COVID-19 explicó en gran medida el exceso de muertes observado durante la pandemia.
En 2021, se registraron 52,139 muertes en Costa Rica, con un exceso global de 6,833 muertes, y se atribuyeron 7,640 muertes a COVID-19, resultando en 150,259 años de vida potencial perdidos.
Los resultados del estudio son cruciales para entender el verdadero impacto de la pandemia en Costa Rica y destacan la importancia de contar con datos precisos y confiables para la planificación de respuestas de salud pública, justifican los expertos en el documento.
Además, las lecciones aprendidas de la experiencia costarricense podrían ser informativas para otros países con sistemas de salud centralizados, a juicio de los científicos autores.
En un contexto donde los informes oficiales a menudo subestimaron la mortalidad por COVID-19 en América Latina, como en el caso de Nicaragua donde se ocultaron las muertes por la enfermedad, este estudio proporciona un análisis integral y necesario del exceso de mortalidad en Costa Rica durante la pandemia.