Expresidente panameño trata de revocar su sentencia de 10 años de prisión

El exgobernante de 71 años, Ricardo Martinelli, presentó un recursos para impugnar su sentencia por blanqueo de capitales. Mientras tanto, como candidato presidencial, continúa en campaña.

El expresidente de Panamá, Ricardo Martinelli, busca revocar una decisión judicial con la que un Tribunal Superior de Liquidación validó su condena penal por blanqueo de capitales. Para ello, el polémico exmandatario, ahora candidato al Ejecutivo, presentó un recurso de casación.

Con esto, el exgobernante, quien figura como uno de los favoritos a ganar en las elecciones del próximo año, intenta librarse de la condena de 10 años y 8 meses de prisión que dictó un juez en su contra por un entramado financiero en el que usó fondos estatales para comprar la casa editora Panamá América. Al caso le han llamado New Business.

El expresidente, un millonario empresario de 71 años, ha perdido todas sus oportunidades legales para revertir el fallo.

Los magistrados tendrán que evaluar si la apelación de la sentencia fue presentada en tiempo y posteriormente el expediente debe pasar a la Sala Segunda de lo Penal de la Corte Suprema. Las magistradas de la Sala Penal son: María Eugenia López, Maribel Cornejo y Ariadne García Angulo.

Otros cuatro condenados en el caso (Daniel Ochy, Janeth Vásquez,  Iván Arrocha Chevalier y Valentín Martínez Vásquez) también presentaron los recursos de casación.

Martinelli, quien gobernó Panamá desde 2009 a 2014, además de la sentencia carcelaria fue condenado a pagar una multa de $19 millones.

Mientras tanto, el exmandatario está en libertad, haciendo campaña por Alcanzando Metas, su partido, porque mientras la sentencia no está en firme puede hacerlo.

Este miércoles recorrió un hospital oncológico estatal, prometiendo mejorar para el mismo y regalando flores a las pacientes.

El expresidente, cuyos hijos también están emproblemados con la justicia panameña, es considerado por Estados Unidos como un “agente antidemocrático”.

Él, por su parte, insiste en su inocencia y se califica como un perseguido político.

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