La Fiscalía salvadoreña pidió 16 años de cárcel para el prófugo expresidente salvadoreño, Mauricio Funes, y 20 para su exministro de Defensa, David Munguía Payés, en el juicio que les siguen por negociaciones con las pandillas salvadoreñas para establecer una tregua y parar la oleada de asesinatos.
Las pruebas presentadas contra los dos acusados fueron aceptadas en un tribunal capitalino.
A Funes y Munguía Payés les imputan por negociaciones ilícitas, actos arbitrarios e incumplimiento de deberes. Durante la tregua, según testigos, ambos facilitaron una serie de beneficios para los mareros encarcelados, principalmente para cabecillas, a cambio que redujeran los homicidios en todo el país.
Testigos de la Fiscalía, entre ellos el obispo de San Miguel, monseñor Fabio Colindres, uno de los facilitadores de la tregua, les han incriminado durante todo el proceso judicial.
Funes, un periodista que gobernó de 2009 a 2014 bajo la bandera de la exguerrilla del FMLN, ahora partido político, ha negado todas las acusaciones incluso desde antes que comenzara el juicio.
Sin embargo, está prófugo y asilado en Nicaragua, desde donde por medio de su cuenta en Twitter refuta los señalamientos.
“Senté posición con argumentos sólidos que abonan a mi defensa. Nadie ha podido refutar mis argumentos con seriedad”, escribió el 9 de mayo, por la tarde, refiriéndose a una entrevista virtual en la que participó.
Funes también es procesado por actos de corrupción, por haber sustraído más de $350 millones durante su mandato, algo que también asegura es una falsa acusación de carácter político.
Sin embargo, se niega a volver al país para afrontar la justicia.
Munguía Payés, uno de los hombres fuertes del gobierno de Funes, está preso.