Un grupo de más de un centenar de migrantes, en su mayoría venezolanos, fue detenido en la vía Panamericana, en Chiriquí, mientras intentaba cruzar la frontera de Panamá con Costa Rica de manera irregular.
Los migrantes, que en su mayoría habían fracasado en su intento de llegar a Estados Unidos, ahora buscan regresar a sus países de origen, pero se han encontrado con un fuerte control por parte de las autoridades panameñas.
El incidente ocurrió cuando los migrantes, que previamente habían atravesado el puesto de control de San Isidro en la frontera, desafiaron una barricada de seguridad en su intento de avanzar hacia el sur. Sin embargo, su avance fue detenido a pocos kilómetros por unidades del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) y la Policía Nacional, quienes les indicaron que debían regresar a Costa Rica y seguir un flujo migratorio regulado.
Tras la rápida acción del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront) y la Policía Nacional (PN), un grupo de migrantes irregulares que pretendían ingresar de manera ilegal a suelo panameño, retornan a Costa Rica.#ConPasoFirme pic.twitter.com/pjffRMq2Sb
— Ministerio de Seguridad Pública de Panamá (@MinSegPma) February 12, 2025
El control de las autoridades panameñas ha provocado congestión en la vía Interamericana, donde el tráfico se ha visto parcialmente paralizado debido a la presencia del grupo.
Los migrantes, por su parte, han expresado su intención de continuar su travesía a pie, pero las autoridades les han insistido en que deben retornar al lado costarricense, donde su paso será regulado.
La situación ha generado tensión entre los migrantes y los agentes de seguridad, quienes han tenido que intervenir para evitar enfrentamientos.
A pesar de los intentos de las autoridades por organizar un retorno controlado, los migrantes desconfían de las promesas de asistencia y aseguran haber sido decepcionados anteriormente por compromisos incumplidos.
Por ello, algunos han decidido seguir adelante por la vía Interamericana con la esperanza de llegar a la selva del Darién, donde esperan recibir algún tipo de ayuda para cruzar hacia Colombia y, finalmente, retornar a Venezuela.
Tras un nuevo bloqueo en el sector de Quebrada Grande, las autoridades panameñas, en colaboración con el Servicio Nacional de Fronteras, lograron llegar a un acuerdo con los migrantes, quienes finalmente accedieron a regresar al puesto de control costarricense. Esta medida forma parte de los esfuerzos de ambos países para coordinar un flujo migratorio controlado y evitar situaciones de riesgo.
Los migrantes, que provienen de diversas naciones, compartieron sus historias de frustración, señalando que la política migratoria de Estados Unidos durante la administración Trump destruyó sus sueños de alcanzar el “sueño americano”.
Ahora, buscan obtener permisos para continuar su ruta hacia Colombia, aunque muchos rechazan atravesar la peligrosa selva del Darién, una de las rutas más temidas por los migrantes debido a las constantes tragedias que ocurren en el camino.