Gobierno salvadoreño aclara que la megacárcel no es centro de diversiones tras desafío de youtuber

Fernando José Martínez, conocido como Yeik, ofreció $10,000 de premio en un reto de permanecer 7 días en la prisión de máxima seguridad. El secretario de Prensa de la Presidencia aclaró que el centro de confinamiento no es un lugar para shows.

Un desafío extremo lanzado por el creador de contenido Yeik (Fernando José Martínez) causó revuelo en las redes sociales en El Salvador por proponer un “programa” en la megacárcel de máxima seguridad, a lo que el gobierno salió al paso y aclaró que la prisión no es “un centro de diversiones”, sino el lugar donde están recluidos los criminales más peligrosos del país.

“El Centro de Confinamiento del Terrorismo (CECOT) es una megacárcel de alta seguridad donde están recluidos los peores criminales del pueblo salvadoreño. No es una instalación para ningún tipo de ‘show’, mucho menos un parque de diversiones”, dijo el secretario de Prensa de la Presidencia, Ernesto Sanabria, en redes sociales.

“Creadores de contenidos serios y periodistas nacionales e internacionales lo han constatado. Es totalmente falso que el gobierno se preste a estas situaciones. La lucha contra el terrorismo no es un juego”, agregó.

Yeik, conocido por sus retos, invitó a 10 creadores de contenido a participar en un desafío sin precedentes: pasar 7 días confinados en una celda de la megacárcel.

La dinámica, que promete un premio de $10,000 al último participante en permanecer dentro de la prisión, ha generado tanto entusiasmo como controversia.

Los participantes estarían, según la propuesta, monitoreados las 24 horas del día a través de transmisiones en vivo, donde los seguidores estarían pendientes de cada momento de la competencia. Sin embargo, si todos abandonan antes de completar los 7 días, nadie recibirá el premio.

Sanabria insistió en que la prisión está diseñada para garantizar la seguridad y el orden, no para ser utilizada como un espectáculo para el público.

La polémica se ha centrado en los límites de los contenidos digitales, el papel de los creadores de contenido digital y la percepción pública sobre la ética y la responsabilidad de estas prácticas. Mientras algunos consideran que los desafíos extremos pueden ser una forma inofensiva de atraer audiencias, otros argumentan que este tipo de iniciativas pueden contribuir a la banalización de temas graves, como la violencia y la criminalidad.

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