Para los guatemaltecos llegó la hora de clasificar lo que tiran sin pensar: la basura. A partir del 11 de agosto próximo, tienen que separar los desperdicios en orgánicos y no orgánicos, “por ley”.
Esto permitirá, de acuerdo a los planes medioambientales, un mejor manejo de los desechos, la reutilización de los desperdicios a los que se les puede sacar provecho (los reciclables) y reducir el impacto en el entorno. Claro, si se hace correctamente.
Se estima que a diario son 1,360 toneladas de basura las que se generan en Guatemala en desechos orgánicos y no orgánicos. La gran mayoría de estos terminan en botaderos, mezclados, sin que se le saque provecho a lo reutilizable y provocando enormes impactos.
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Las Naciones Unidas estima que al menos un tercio de toda la basura generada en América Latina termina en botaderos a cielo abiertos, una práctica normalizada en la región y aunque mucho se habla sobre ello, muy poco se hace para revertir la práctica.
Las autoridades guatemaltecas confían en que el Reglamento para la Gestión Integral de los Residuos y Desechos Sólidos Comunes, ayudará a combatir este problema endémico.
Esta normativa busca establecer las normas sanitarias y ambientales para el correcto tratamiento de la basura.
Se estima que en Guatemala el 65% de los desechos son orgánicos y un 30% reciclables, pero de estos, solo el 4.5% es aprovechado.
❗️Quedan 20 días para que entre en vigencia la clasificación secundaria del Reglamento 164-2021❗️ pic.twitter.com/K7rEr3a9hm
— Ministerio Ambiente y Recursos Naturales (@marnguate) July 21, 2023
La Gremial de Recolectores de basura, sin embargo, se opone a la medida, porque los camiones recolectores que se utilizan son inadecuados.
“Nos piden que los camiones recolectores de basura tengan un apartado para los desechos según su clasificación, pero no podemos hacerlo porque los desechos son demasiados. No tenemos ni espacio ni tiempo para estarlo haciendo”, advirtió la semana pasada Miguel Ángel Carrera, presidente y representante legal de la organización.
Reciclaje en Centroamérica
El reciclaje de basura es algo de lo que se habla desde hace años en la región, pero que no despega como debería.
Por ejemplo, en El Salvador, sólo el 6.5% del total de desechos es reciclado (se genera 1.5 millones de toneladas de basura por año, aproximadamente). En esto trabajan unas 5,000 personas, pero la mayoría en esfuerzos aislados.
Honduras, por su parte, tiene un 5% de reciclaje, de 2.3 millones de toneladas de desechos producidos anualmente; Nicaragua genera unas 5,200 toneladas diarias de desperdicios, pero menos del 10% es reutilizado.
Costa Rica, aventajado en la región en protección al medio ambiente, también tiene un bajo porcentaje en este rubro, es de apenas un 7%; Panamá ronda el 5% (solo la ciudad capital produce 2,500 toneladas diarias y la mitad de estas podría ser reutilizada).