En un movimiento polémico, pero ya anunciado y esperado, el presidente de El Salvador, Nayib Bukele, busca asegurar un segundo mandato en 2024, a pesar de que la Constitución del país no lo autoriza tácitamente.
Nayib Armando Bukele Ortez, conocido por su enfoque populista y medidas de mano dura, ha mantenido una alta popularidad entre la población, especialmente en áreas como seguridad pública y educación y cobijado por cifras de aceptación históricas a nivel internacional,inscribió su candidatura a los comicios de 2024.
El mandatario, de 42 años, desafió la tradición política salvadoreña desde 2017 al inscribirse en tres partidos diferentes en menos de un año para asegurar su candidatura presidencial. Tras su expulsión del partido oficialista en 2017, se unió a diversas agrupaciones políticas en busca de respaldo y logró crear Nuevas Ideas, una organización política sólida que anuló la incidencia histórica de los dos partidos tradicionales de antes, Arena y FMLN, de derecha e izquierda, respectivamente.
El jueves fue un día histórico, fuimos a inscribirnos oficialmente para la candidatura a la Presidencia de la República de El Salvador 🇸🇻
Dios nos acompañe.
This Thursday was a historic day, as we went to officially register our candidacy for the Presidency of the Republic of… pic.twitter.com/tS2zfQz6Nl
— Nayib Bukele (@nayibbukele) October 28, 2023
A lo largo de su mandato, Bukele ha implementado medidas controvertidas, como la aceptación del Bitcoin como moneda de curso legal y la imposición del estado de excepción en nombre de la lucha contra las pandillas.
Estas acciones han generado críticas y denuncias de violaciones a los derechos humanos, por un lado, pero aplausos y elogios por otros sectores, principalmente por la mayoría de su población.
A pesar de su popularidad, según los analistas aquí citados, Bukele enfrenta desafíos significativos en su intento de reelección, pero nada parece impedirle continuar en el poder.
La controversia constitucional en torno a su candidatura plantea interrogantes sobre el futuro político de El Salvador y la estabilidad democrática en la región. Mientras tanto, persisten preocupaciones sobre la desigualdad económica en el país, con un reducido grupo de millonarios acumulando una gran parte de la riqueza nacional, según el particular punto de vista de un analista nicaragüense.
De modo que, al margen de sus altísimos grados de aprobación social, la posible reelección de Bukele se presenta como un tema de debate tanto a nivel nacional como internacional, ya que se cuestiona el respeto a las instituciones democráticas y el Estado de Derecho en El Salvador por una parte, y por otra, el compromiso profundo con la seguridad y protección al pueblo salvadoreño, víctima durante décadas de la violencia de las maras y organizaciones mafiosas.
Aprobación, popularidad y control
Es un hecho: la decisión controversial de Bukele se basa en un poder social, como en su alto índice de aprobación y popularidad.
Las encuestas sobre su figura son un caso excepcional de análisis social: nunca una figura política latinoamericana e incluso global, había no solo alcanzado, sino sostenido, tanto caudal de apoyo.
El gerente de la firma encuestadora CID Gallup, Luis Haug, no recuerda un caso como el de Bukele durante décadas. No solo inició con una aprobación del 50% allá por 2018, sino que a lo largo de los años, ha logrado subirla y mantenerla en el 90%.
No solo dentro de El Salvador, sino incluso, fuera del continente.
“La figura de Bukele se ha vuelto reconocible en Europa y ha llamado la atención internacional. Su estilo de liderazgo y sus políticas han generado un apoyo significativo, y su influencia se ha extendido más allá de Centroamérica, atrayendo la atención a nivel internacional”, destaca Haug.
“Cuando hacemos monitoreo de sondeos de opinión internacional, nos refleja que el nombre de Bukele suena de manera positiva en países como Alemania o Italia, por ejemplo”, cita Haug.
El gerente de la prestigiosa firma encuestadora ofrece un análisis detallado sobre la popularidad del presidente Nayib Bukele en El Salvador y sus posibles intenciones de reelegirse en 2024.
Según Haug, la administración actual ha logrado un respaldo significativo por parte de la población salvadoreña que no se repite en otro país de la región.
Dice que parte de este respaldo se basa en 3 acciones de la administración Bukele: por una parte y principalmente, el tema del Plan de Control Territorial que permite a gran parte de la población gozar de niveles de seguridad que no se conocían en décadas.
En segundo lugar, el manejo de la pandemia de Covid-19 en 2020 y la asistencia social a miles de familias le permitió ganarse la confianza y el aprecio de gran parte de la sociedad salvadoreña.
Luego, y a partir de una frase de Bukele sobre que el dinero alcanza cuando nadie se lo roba, se destaca el combate a la corrupción y la transparencia estatal, que contrasta con las acusaciones y casos de corrupción de sus antecesores en la presidencia.
Destacan las encuestas, por ejemplo, que la mayoría de la población reconoce el manejo responsable de las finanzas y los resultados macros, pese a que falló con la implementación del Bitcoin como moneda de curso legal.
Haug destaca, desde el análisis de las encuestas, que el Plan Control Territorial y el régimen de excepción son medidas que la población aplaude, principalmente en los beneficios en áreas como seguridad pública y educación.
Actualmente, la aprobación general del trabajo del mandatario alcanza un impresionante 88 %, y en el ámbito de seguridad y educación, sube al 94 % y 92 % respectivamente, mientras que el 83 % cree que el país va por el rumbo correcto.
Su respaldo como figura pública alcanza el 90 % y las críticas de sectores políticos y derechos humanos no parecen hacer mella en los indicadores de aprobación.
Haug explica que la aprobación actual del presidente Bukele es resultado de la percepción de mejoras significativas en temas claves como seguridad y educación. Advierte que, si estas tendencias continúan, es posible que los números se mantengan favorables hasta las elecciones de 2024.
En cuanto a la oposición política, Haug señala que tanto Arena como FMLN tienen un bajo nivel de aceptación en este momento, mientras Nueva Ideas se fortalece a la sombra del poder de Bukele.
El peligro de concentrar mucho poder
El analista en relaciones internacionales, Graco Pérez, de Honduras, comparte sus perspectivas sobre el potencial segundo mandato del presidente salvadoreño Nayib Bukele, quien, a pesar de las críticas y observaciones sobre la legitimidad de la continuidad constitucional, ha decidido reelegirse.
En su análisis, Pérez subraya la importancia de respetar la Constitución como base de la institucionalidad, argumentando que cualquier desviación de estas normas puede llevar a un camino de autoritarismo.
“La experiencia y la historia, nos indican que cuando no respetamos las reglas del juego o las modificamos a favor de un proyecto político, nos enrumbamos por un camino de autoritarismo, un rumbo peligroso, porque si se logra hacer algo que está prohibido por la Constitución significa que hay suficiente control y poder desde uno de los poderes. Y demasiado poder acumulado, durante muchos años, puede derivar en dictaduras, como ocurre con Nicaragua y la familia Ortega-Murillo en los últimos 17 años”, dice Pérez.
El analista de Honduras advierte sobre el peligro de concentrar demasiado poder en manos de un solo individuo y destaca la necesidad de mantener un equilibrio entre popularidad y respeto por las leyes.
Pérez también señala que la posibilidad de una reelección continua en El Salvador podría tener implicaciones en la región centroamericana, ya que otros líderes podrían verse tentados a seguir un camino similar a Bukele, quien a su vez sigue los pasos de Daniel Ortega en Nicaragua y Juan Orlando Hernández en Honduras.
Destaca que la situación en cada país es única, pero subraya la importancia de mantener la legalidad y la institucionalidad en cualquier contexto político, incluso para mejorar aspectos económicos, por aquello de que países sólidos en democracia pueden atraer mejores inversiones que los países con democracias débiles.
En última instancia, Pérez enfatiza que es fundamental que se respete la Constitución y que ninguna persona o gobierno debe estar por encima de las leyes. Advierte sobre los riesgos de interpretaciones flexibles de la Carta Magna y subraya la importancia de cumplir con lo que está escrito en las leyes.
El analista concluye su reflexión resaltando que su análisis busca ofrecer una perspectiva regional sobre la situación en El Salvador, no sobre las motivaciones y realidades propias de los salvadoreños, y enfatiza la necesidad de un debate público informado y respetuoso sobre estos temas de importancia para la democracia y la estabilidad institucional en la región.
“Muy popular, pero también autoritario”
El analista costarricense e investigador académico Carlos Murillo Zamora, ofrece un detallado enfoque sobre la situación política en El Salvador, centrándose en las intenciones del presidente Nayib Bukele de buscar un segundo periodo presidencial y sus roces con la Constitución salvadoreña.
En principio, Murillo destaca la naturaleza populista y autoritaria de Bukele, resaltando su habilidad para manejar la comunicación y mantener altos niveles de popularidad en un contexto político complejo en El Salvador.
#EnVideo l Los abogados Salvador Enrique Anaya y José Marinero presentan escrito para pedir que se deniegue la inscripción de Nayib Bukele como candidato a presidente porque contraviene seis artículos de la Constitución.
Video @elmundosv / @Yolden1 pic.twitter.com/6blGG98dEP
— Diario El Mundo (@ElMundoSV) October 26, 2023
El analista subraya que, aunque algunas de las políticas implementadas por Bukele han tenido efectos inmediatos en la percepción de seguridad, también han generado controversias por posibles violaciones a los derechos humanos.
El académico señala que Bukele busca justificar una posible reelección argumentando que la voluntad de la ciudadanía está por encima de la Constitución.
Advierte que esta postura podría tener repercusiones negativas a nivel internacional y cuestiona cómo se manejarían las relaciones diplomáticas en caso de una reelección inconstitucional, advirtiendo un marcado rechazo de El Salvador a los llamados del orden democrático hecho por países, organizaciones internacionales y foros democráticos.
“Muchos países van a preguntarse cómo manejar las relaciones en un eventual segundo período de gobierno de Bukele; los regímenes cuando se vuelven autoritarios, también se vuelven intolerantes a la crítica internacional y nacional y en muchos casos, se terminan aislando de quienes demandan transparencia o reglas claras, como lo hizo Cuba, Venezuela y Nicaragua”, advierte Murillo.
Murillo destaca la complejidad de la situación, subrayando que las fuerzas opositoras en El Salvador no poseen suficiente poder para contrarrestar estas intenciones, de modo que luce inevitable que las instituciones de contrapoder puedan impedir una reelección.
Además, señala que la situación planteada en El Salvador es única, ya que no involucra una intervención externa o un golpe de Estado tradicional, sino que se basa en la decisión de la población, aparentemente mayoritaria, de apoyar a un líder que viola la Constitución pero que los protege de la violencia de las maras.
En última instancia, el análisis de Murillo Zamora resalta la importancia de la defensa del marco constitucional y del Estado de Derecho en un contexto democrático y subraya el desafío difícil que representa para la región Centroamericana enfrentar situaciones de este tipo cada vez con más frecuencia.
El enemigo debería ser la delincuencia, no la democracia
Eliseo Núñez es un analista nicaragüense en el exilio, radicado en Costa Rica a donde aterrizó huyendo de la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo.
Su foco sobre el caso de Bukele, no es tanto la reelección como un factor de condena, sino sobre el modelo de control político que, a su criterio, está acabando con la democracia mientras combate a la delincuencia.
“La reelección no es mala per se, es mala en tanto acabe con la competencia democrática. Bukele apuntó a un problema que agobiaba a El Salvador, pero apuntó a sus síntomas: las pandillas”, dice Núñez.
La #cárcel más grande de América entra en funcionamiento
El Gobierno de #ElSalvador trasladó la madrugada del viernes a 2.000 #pandilleros al nuevo Centro de Confinamiento del Terrorismo #CECOT, una prisión con capacidad para 60.000 reos. /ft #DWNOTICIAS pic.twitter.com/vxaz6eqVfh
— DW Español (@dw_espanol) February 27, 2023
“Realmente la causa de la inseguridad está arraigada en el modelo económico que genera una enorme inequidad y provoca que los más vulnerables se vean en la desesperanza, teniendo pocas opciones entre ellas emigrar o delinquir, es decir después de aplacar a las pandillas con mano dura se debe reestructurar el modelo económico para evitar el resurgimiento de ellas”, plantea el nicaragüense.
Su posición es, grosso modo, una crítica común en sectores analíticos y pensantes de El Salvador que señalan que, en nombre de la lucha contra la violencia, se violentan los derechos de terceros, organizaciones e instituciones.
Anuncio de reelección “sin traumas significativos”
Una analista guatemalteca a quien consultamos para este análisis, directora de una ONG regional que tiene también oficinas en San Salvador, dice que desde adentro de El Salvador no se advierten “traumas significativos” en grandes sectores de la sociedad ante el anuncio de una reelección de Bukele.
“Los empresarios siguen haciendo negocios, el mercado interno es vigoroso con el dólar como moneda, la gente va y vuelve a sus trabajos, la pobreza sigue estancada y vista como parte del paisaje, los sectores diplomáticos están atentos pero abiertos a ver el proceso, es decir, no es como Nicaragua”.
¡OFICIALMENTE INSCRITOS! @nayibbukele, @fulloa51. #5Más#NayibPresidente#Operación2024 🇸🇻👊🏻 pic.twitter.com/5godAKtzqu
— Nuevas Ideas (@nuevasideas) October 27, 2023
Ella explica que, por razones de control estatal a las ONG en El Salvador, ella prefiere no opinar abiertamente por temor a “reacciones inusuales” del gobierno de Bukele, pero que la sociedad civil sigue operando en condiciones “difíciles, pero ya comunes”.
“Leemos lo que pasa en Nicaragua, que las confiscan y apresan o expulsan a sus miembros, en El Salvador por ejemplo, aun no pasa eso y no se ve tampoco a Bukele, con todo el poder y control que acumular, haciéndolo más adelante. Pese a todo lo retórico en sus discursos, ha resultado ser pragmático con sus decisiones económicas, salvo lo del Bitcoin”, explica.
A criterio de la guatemalteca, Bukele no cercará al país en una segunda reelección y cree, al contrario, que mientras mantenga niveles básicos de democracia y operatividad comercial, la comunidad internacional no sancionará a El Salvador ni lo alejará de los mercados comunes.
“Ya hasta Estados Unidos, que ha sido crítico con el manejo rudo de la política de Bukele, parece estar bajando la guardia y extendiendo la mano en señal de apoyo. No puede interpretarse de otro modo el envío a El Salvador del subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental de Estados Unidos, Brian Nichols”, dijo la analista.