El gobierno hondureño lanzó esta semana una iniciativa para rescatar y conservar el mayor bosque del país, la Mosquitia, que es uno de los Cinco Grandes Bosques de Mesoamérica y la segunda selva tropical más grande de Centroamérica. La nueva iniciativa pretende, en parte, acabar con la deforestación y la ganadería ilegal en la Mosquitia.
La iniciativa fue presentada en la Cumbre del clima COP28 en Dubái, Emiratos Árabes Unidos.
“Utilizando sus propios recursos, de 2022 a 2023 Honduras ha reducido la deforestación en la zona núcleo de la Reserva de la Biosfera de Río Plátano en un 66%”, dijo Luis Soliz, director del Instituto Hondureño de Conservación Forestal.
“Ahora solicitamos la cooperación internacional para ampliar estos impactos en beneficio de las generaciones futuras, luchando por una coexistencia armoniosa del medio ambiente, los derechos indígenas y el desarrollo sostenible”, agregó Soliz.
En la COP28, la Presidenta Castro anunció una nueva y ambiciosa estrategia para intensificar los esfuerzos para acabar conla deforestación y eliminar la ganadería ilegal para 2030, y a recuperar y restaurar 100.000 hectáreas de tierras ocupadas actualmente por ganadería ilegal.
La iniciativa pretende transformar las tierras dedicadas a la ganadería en sistemas agroforestales que proporcionen medios de vida sostenibles, ingresos económicos y seguridad alimentaria a las comunidades indígenas locales, además de fomentar el empleo en actividades compatibles con los bosques. Además, el gobierno espera diseñar un mecanismo de financiación sostenible que genere entre 7 y 10 millones de dólares anuales para garantizar la longevidad de esta iniciativa.
“Poner fin a la ganadería ilegal que impulsa la deforestación en la Mosquitia cambiará el curso de la historia de Honduras, en beneficio tanto de la vida silvestre como de la supervivencia cultural de los pueblos indígenas de la región”, declaró Chris Jordan, director para América Latina de Re:wild.
“Establece al país como líder en la lucha contra la principal amenaza para la biodiversidad y uno de los principales motores del cambio climático, al tiempo que protege una selva tropical que puede almacenar enormes cantidades de carbono. Estamos encantados de ver a Honduras dar este paso y esperamos apoyar sus esfuerzos críticos”, agregó Jordan.
La UNESCO designó la Mosquitia Patrimonio de la Humanidad en 1980. La selva incluye varios territorios indígenas: los miskitos, los pech, los tawahkas y los garífunas afrohondureños.
Según una investigación reciente de WCS, en los últimos 20 años, la apropiación ilegal de tierras por parte de ganaderos, a veces vinculados al crimen organizado, ha provocado la destrucción del 25% de los bosques de la Mosquitia. El 90% de la deforestación total de la Mosquitia es consecuencia de la tala de bosques para la ganadería ilegal.
En respuesta, en su primer año y medio, la administración de la presidenta hondureña Xiomara Castro ha encabezado los esfuerzos de conservación y defensa a través del Instituto de Conservación Forestal (ICF) junto con fuerzas militares y una Fuerza de Tarea contra los Delitos Ambientales. Entre los logros más destacados se encuentra la reducción de la deforestación en un 66% en la Reserva del Río Plátano -área protegida de la Moskitia- y la creación del Primer Batallón de Protección Ambiental.
La Mosquitia, que cruza la frontera entre Honduras y Nicaragua, tiene una extensión de casi 2,1 millones de hectáreas (un territorio del tamaño de Belice o El Salvador). La Mosquitia tiene amplias zonas de bosque primario y es un refugio seguro para varias especies amenazadas, como el tapir, el oso hormiguero gigante, el águila arpía, el jaguar, el mono araña y el ave nacional, la guacamaya roja.