Interpol emitió alertas rojas contra varios exmilitares y exfuncionarios guatemaltecos, incluidos el exministro de Defensa Ángel Cabrera, el exministro de Gobernación Donaldo Álvarez, y el exjefe del Estado Mayor del Ejército Benedicto Lucas García.
Estas responden a la condena de estos individuos por su implicación en la muerte de varios sacerdotes belgas durante el conflicto armado interno en Guatemala.
Las autoridades belgas han solicitado su extradición para que enfrenten las consecuencias de sus actos.
Junto a Cabrera, Álvarez y Lucas García, también han sido señalados en las alertas el exjefe de inteligencia Manuel Callejas y Callejas, y el exjefe policial Pedro García Arredondo.
Todos ellos son buscados por la justicia belga tras ser sentenciados en diciembre de 2023 por un tribunal de Lovaina.
Esta condena marcó un precedente histórico, pues es la primera vez que altos exfuncionarios y militares guatemaltecos son procesados a nivel internacional por crímenes cometidos durante la guerra civil.
La sentencia internacional
En septiembre de 2023, Stephan Parmentier, profesor de la Universidad Católica de Lovaina, detalló los antecedentes del caso. Según Parmentier, la sentencia del tribunal belga condenó a los 5 exmilitares y políticos guatemaltecos, quienes, durante la dictadura de la familia Lucas García, habrían utilizado los recursos del Estado para instaurar y ejecutar un sistema de represión que resultó en miles de víctimas.
Parmentier señaló que, además de los cuatro misioneros belgas asesinados, cerca de 250,000 guatemaltecos fueron asesinados y 45,000 desaparecidos a manos del régimen.
En este contexto, el académico enfatizó que el fallo representa un avance significativo en la justicia internacional, pues por primera vez se está procesando a altos funcionarios de un gobierno por crímenes ocurridos durante la guerra civil de Guatemala.
Los condenados enfrentan sentencias de hasta 80 años de prisión, y se está solicitando su extradición a Bélgica para cumplir con las penas.
Los sacerdotes belgas víctimas de la represión
La organización Guatebelga ha documentado el caso de los sacerdotes asesinados, quienes se vieron atrapados en la violencia política del país en esa época.
El primero de estos sacerdotes fue Walter Woordeckers, quien fue asesinado el 12 de mayo de 1980 frente a la parroquia de Santa Lucía Cotzumalguapa, en el departamento de Escuintla, por las fuerzas armadas del régimen de Fernando Romeo Lucas García.
Luego, el 22 de octubre de 1981, Ward Capiu sufrió la misma suerte en San Lucas Sacatepéquez.
Serge Berte, otro sacerdote belga, fue secuestrado en enero de 1982 en una de las principales avenidas de la capital guatemalteca; su paradero sigue siendo desconocido hasta la fecha.
Finalmente, Paul Schildermans, otro misionero, fue detenido ilegalmente el 4 de enero de 1982, y posteriormente fue torturado en una cárcel clandestina, aunque más tarde logró recuperar su libertad.
El proceso judicial que sigue este caso subraya la persistente lucha por la justicia, tanto en Guatemala como en el ámbito internacional, por los crímenes cometidos durante una de las épocas más oscuras de la historia reciente de América Latina.