Las intensas lluvias generadas por el empuje frío número 3 han provocado inundaciones severas en las provincias de Limón y la Zona Norte de Costa Rica, dejando a más de 1,300 personas en albergues y afectando gravemente la infraestructura de comunidades y centros educativos. La emergencia mantiene a las autoridades en estado de alerta ante el pronóstico de más precipitaciones en los próximos días.
Los primeros reportes de la Cruz Roja Costarricense comenzaron a las 2:00 a.m. en Horquetas de Sarapiquí, donde el desbordamiento de los ríos Sarapiquí y Tigre dejó anegados los barrios El Tigre, Finca Agua, Finca Dos y La Victoria. En Limón, se registraron inundaciones en Cariari de Pococí debido a una cabeza de agua en el río La Muerte, afectando comunidades como La Roxana, La Rita y Barrio San Gerardo.
Ante la gravedad de la situación, vecinos de las zonas afectadas llevaron a cabo evacuaciones improvisadas, ya que las condiciones climáticas dificultaron el acceso de los equipos de emergencia. Aunque la Cruz Roja confirmó que los comités locales están en alerta, las autoridades aún no han logrado realizar evacuaciones coordinadas en todas las áreas impactadas.
Más de 250 mm de lluvia en 24 horas
El Instituto Meteorológico Nacional (IMN) informó que las lluvias acumuladas en las últimas 24 horas han sido las más intensas registradas en un mes de diciembre en los últimos diez años, superando los 250 mm en algunas localidades.Según el IMN, las precipitaciones podrían disminuir hacia el 9 de diciembre, aunque se mantiene la alerta amarilla para el Caribe Norte y la Zona Norte, mientras el resto del país sigue en alerta verde.
El Ministerio de Educación Pública (MEP) reportó afectaciones en 102 centros educativos, incluyendo problemas de acceso, falta de servicios y daños en la infraestructura. Además, diez instituciones han sido habilitadas como albergues para familias damnificadas, nueve en Sarapiquí y una en Guápiles.
La ministra de Educación, Katherine Müller, anunció que se evalúa el cierre temporal de escuelas y colegios afectados, destacando que la seguridad de estudiantes y personal docente es prioritaria. El curso lectivo, previsto para finalizar el 13 de diciembre, podría sufrir interrupciones en las zonas más perjudicadas.
Apoyo a las comunidades afectadas
Las imágenes de calles convertidas en ríos y viviendas bajo el agua reflejan la magnitud del desastre. La Comisión Nacional de Emergencias (CNE) informó que está trabajando en conjunto con la Cruz Roja para garantizar la seguridad de las familias en albergues y continuar monitoreando las zonas vulnerables.
Alejandro Picado, presidente de la CNE, reiteró el llamado a la población para mantenerse en lugares seguros y seguir las indicaciones de las autoridades.
“El apoyo a las familias afectadas es nuestra prioridad, y seguiremos trabajando hasta garantizar su bienestar”, afirmó.
La emergencia en Costa Rica pone de relieve los retos que el cambio climático representa para las comunidades más vulnerables del país, mientras los esfuerzos de respuesta continúan en medio de condiciones adversas.