Los cantones de Costa Rica mostraron una mejora en la competitividad este 2023, principalmente por una mayor dinámica en las costas y las fronteras, de acuerdo con la tercera edición del Índice de Competitividad Nacional.
El estudio es una radiografía sobre el nivel de competitividad de los 82 cantones en cuanto a instituciones, infraestructura, adopción de las tecnologías, salud, habilidades y competencias, y dinamismo en mercados. Es elaborado por el Consejo de Promoción de la Competitividad (CPC), con el apoyo de las empresas Coca Cola, Walmart, BAC Credomatic y la Universidad Latina de Costa Rica.
La investigación destaca que en la edición de 2023 se encontró que los cantones ubicados en las costas y las fronteras fueron los que mostraron los crecimientos más notorios en la competitividad, a pesar de que los mayores niveles se concentran en la Gran Área Metropolitana (GAM).
El reporte señala que la mejora se observó en 42 cantones, un listado encabezado por León Cortés, seguido de Turrubares, Golfito, La Cruz y Guácimo. El repunte en León Cortés se debió al pilar de salud, gracias a una mayor esperanza de vida y reducción en la tasa de mortalidad infantil.
Al menos 63 de los 82 cantones registraron avances en el pilar de adopción de las tecnologías de información y comunicación, mientras que salud fue motor para ocho cantones, infraestructura en seis, habilidades y competencias para tres, y solo un cantón destacó por instituciones sólidas.
Retos a la vista
El reporte también diagrama los retos urgentes de los cantones costarricenses en infraestructura, pues solo un 10 % de los 37,000 kilómetros de la red vial cantonal en los 82 gobiernos locales se encuentra en estado excelente y un 28 % en buen estado. Como resultado, un 62 % está en condiciones deplorables para transitar.
De los 3,000 puentes contabilizados, al menos 317 presentan infraestructuras alarmantes y de riesgo inaceptable. “Los cantones que muestran condiciones más deficientes sobre su red vial” porque invierten menos recursos de mantenimiento por kilómetro.
En el pilar de educación, el reporte también señala que el promedio de escolaridad de la población adulta mayor a 25 años es de 7.7 años y solo un 30 % ha concluido la educación secundaria. Esto demuestra un bajo capital humano disponible en la población económicamente activa (PEA) y favorece a los cantones centrales del país, que concentran las industrias más sofisticadas.