Acoso sexual, hambre, pobreza y planes de migrar son las materias más difíciles de sobrevivir en los centros educativos de Honduras, según los alarmantes resultados de un estudio del Instituto de Investigación y Evaluación Educativa de la Universidad Pedagógica Nacional Francisco Morazán (UPNFM).
Roosevelt Hernández, director del instituto, señaló que un 42 % de los niños que cursan actualmente de quinto al octavo grado afirmó en la encuesta que llegó a la escuela al menos un día sin comer porque tuvo que ceder la alimentación a otra familiar.
Hernández señaló que si ese porcentaje se compara con el número nacional de niños en las escuelas, que supera los 1.8 millones matriculados, significa que cerca de 800,000 menores hondureños sacrifican su alimentación.
La investigación también exploró las víctimas de acoso sexual, donde salió que un 6.6 % de los niños aseguran que se han enfrentado a este tipo de situaciones. Esto equivale a 100,000 niños.
El estudio de la universidad encontró que de los más de 224,000 niños que ingresaron a primer grado en 2011, solo 70,000 concluyeron el undécimo grado (bachillerato), un 31 % de la matrícula. El resto, cerca de 150,000, se quedó en el “camino”.
Como resultado de la baja calidad educativa y los altos índices de pobreza, un 44 % de los niños consultados por el instituto entre quinto y octavo grado aseguró que piensa en migrar como solución a sus problemas, y un 35 % planifica hacerlo, principalmente a Estados Unidos. Los motivos que empujan al éxodo infantil son la reunificación familiar y la esperanza de ayudar a las familias.
“Estamos hablando de 116,000 niños que están considerando la migración”, dijo el investigador, quien advirtió que ese porcentaje es mucho más alarmante en Olancho, donde el 78 % de niños piensa en abandonar su país natal.
Para 2023, el endeble sistema educativo hondureño dejó fuera a 867,323 niños entre 5 y 18 años, con quienes se llegó a 2.6 millones de niños que no asisten a las escuelas.