Al menos 174,513 inmigrantes irregulares han cruzado la peligrosa Selva del Darién entre el 1 de enero y el 6 de junio de 2024, en tránsito hacia Estados Unidos, informó esta semana el Servicio de Migración de Panamá.
Sólo en los seis primeros días de junio han llegado unas 4 mil 499 personas, de éstos 3,598 son adultos y 901 son menores de edad.
Las últimas cifras son más altas que alrededor del mismo período de 2023, cuando se informó de más de 166.000 cruces, según el Servicio Nacional de Migración de Panamá.
El promedio diario de migrantes que pasan por la peligrosa selva es de 1,118. La inmensa mayoría son venezolanos.
La selva de Darién, que hace una década fue vista como una barrera casi intransitable, ha seguido viendo un aumento en el número de migrantes dispuestos a arriesgar sus vidas y su seguridad para cruzarla. Es una región montañosa de selva tropical que conecta América del Sur con Centroamérica y con fuerte presencia de bandas de crimen organizado.
Según las cifras del servicio de migración, un récord de 520 mil personas cruzaron la selva el año pasado, aunque las autoridades colombianas aseguran que la cifra llega a 539 mil.
El número de niños que cruzan la brecha de Darién ha aumentado en un 40 % este año, poniendo la ruta en marcha para ver niveles récord de migración infantil por quinto año consecutivo, según un informe de la agencia de las Naciones Unidas para la infancia.
El informe de UNICEF agregó que en los primeros cuatro meses de 2024, más de 30.000 niños cruzaron la brecha de Darién, y que 2.000 no estaban acompañados o separados de sus familias.
Esto se produce cuando los políticos panameños buscan endurecer las fronteras del país.
Durante su campaña electoral, el presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino, dijo que quería “cerrar el Darién“, citando preocupaciones de seguridad. Explicó a principios de mayo que había propuesto iniciar “un proceso de repatriación con pleno respeto por los derechos humanos” para los cientos de miles de migrantes que pasan por la zona cada año.
“Para que aquellos de allí, y aquellos que quieran venir, sepan que aquellos que lleguen aquí serán devueltos a su país de origen”, dijo Mulino.
El plan de Mulino puede resultar inviable dado que la selva tiene 266 kilómetros de largo. Desalentar a los migrantes de cruzar podría ser un desafío difícil, ya que muchos de ellos pagan a los contrabandistas que operan a ambos lados de las fronteras.
La caminata de 106 kilómetros a través de la Selva de Darien lleva a los migrantes de Colombia a Panamá y es un pasaje crucial para aquellos que esperan llegar a los Estados Unidos y Canadá.
El viaje conlleva múltiples riesgos para los migrantes, incluidos robos, asaltos, violaciones sexuales, secuestros, enfermedades, ataques de animales salvajes y accidentes en una selva llena de ríos, montañas y llanas de barro, según la agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados, ACNUR.