Más de 4.1 millones de centroamericanos requieren asistencia alimentaria por El Niño

Un estudio reveló que Guatemala tiene la cifra más alarmante, con más de 2.5 millones de personas enfrentando inseguridad alimentaria.

Más de 4.13 millones de guatemaltecos, hondureños y salvadoreños requieren asistencia en 2024 debido a los estragos dejados por el fenómeno climático de El Niño, revela un informe elaborado por Oxfam junto a nueve organizaciones.

Titulado como El fenómeno de El Niño no permite ‘Soñar la Mesa’ en el Corredor Seco de Centroamérica, en referencia al poema “Soñar sobre la Mesa” del salvadoreño Roque Dalton, el reporte evalúa las condiciones de vida de los hogares rurales del Triángulo Norte de Centroamérica tras las pérdidas ocasionadas por El Niño en 2023. El documento incluye además una proyección de la población en inseguridad alimentaria para el período de “hambre estacional” de 2024.

Según el estudio, Guatemala tiene 2.54 millones de personas que requieren asistencia alimentaria. En este país, los departamentos de Guatemala (603,884), Huehuetenango (226,042) y Quetzaltenango (175,437) reúnen la mayor cantidad de ciudadanos en condiciones precarias para conseguir alimentos este año.

Honduras tiene un millón de personas en necesidad de asistencia alimentaria, cuyos departamentos El Paraíso (113,886), Francisco Morazán (102,748) y Yoro (101,611) reportan los índices más alarmantes.

El Salvador, cuya población es menor que sus pares, tiene 590,862 personas en necesidad de asistencia. El reporte encontró que los departamentos más afectados son San Salvador (170,225), La Libertad (82,806) y Santa Ana (38,230).

Después de un episodio de tres años de La Niña, el fenómeno de El Niño se desarrolló en 2023 que dejó temperaturas récords y estrés hídrico en gran parte del corredor seco centroamericano. El reporte recuerda que las pérdidas de cultivos, junto con los elevados precios de los alimentos y una respuesta insuficiente de las autoridades, empujó a más personas a caer en inseguridad alimentaria.

Como consecuencia, un 80 % de los hogares experimentan algún nivel de inseguridad alimentaria, es decir, que se ven obligados a reducir alguna ración de comida o vender bienes para conseguir los alimentos básicos.

La pobreza a través de la lupa

La evaluación abarcó 5,921 hogares ubicados en 18 municipios de los 10 departamentos del corredor seco centroamericano. De la muestra tomada, un 52.7 % comparten jefatura del hogar, mientras que un 26.6 % está bajo la responsabilidad de un hombre y un 22.7 % de una mujer.

El 53 % de los hogares rurales evaluados se dedica a la agricultura, con ingresos mensuales en promedio de $103.84. El estudio encontró que las familias guatemaltecas tienen una “mejor posición” con un aporte de $161.10, seguido de El Salvador con $150.44 y Honduras apenas con $98.44.

Además, un 59.3 % de los hogares producen en tierras arrendadas, una tendencia mucho más pronunciada en El Salvador donde un 81.5 % tiene que alquilar para cosechar.

Después de un período seco, los productores se enfrentaron entre septiembre y noviembre a exceso de humedad, así como a enfermedades en los cultivos que proliferan con los cambios bruscos de temperaturas.

Según el reporte, un 56.6 % de los hogares reportaron pérdidas que superan un 70 % de la producción, sobre todo de maíz.

 

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