Una inmensa mayoría de los niños y adolescentes guatemaltecos deportados (63%) desde Estados Unidos son indígenas que emigran para buscar mejorar sus condiciones de vida, reveló un estudio de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) difundido esta semana como parte programa denominado “Abordando las causas fundamentales de la migración irregular en Guatemala”.
El estudio incluye encuestas aplicadas a 847 niños y adolescentes migrantes no acompañados, quienes fueron retornados a Guatemala en el período de septiembre a noviembre del 2022. La muestra está integrada por 31.2% de niñas y el 68.8% por niños.
Según el estudio de la OIM, el 63% de los menores deportados son indígenas de origen maya y un 36% mestizos-ladinos.
El estudio revela que el 81,3% emigra por razones de mejorar sus condiciones de vida, las cuales están señalas porcentualmente de la siguiente manera: el 85.4% busca satisfacer sus necesidades alimentarias, mientras que el 75.8% lo hizo por buscar y tener acceso a vivienda digna, por otro lado el 82.2% lo hizo en busca de una mejor educación, y un 62.3% por mejorar y tener acceso al servicio de salud.
Mientras tanto, un 46.5% lo hizo por reunificación familiar, De ahí que el 14.7% de estos se reuniría con su madres, el 157% con el padre, el 5.1% con ambos padres, y el 66.5% con otro pariente distintos a los antes descritos. Un 25.7% viajó por motivos laborales. Por ello, el 95.5% estimó que los trabajos a los que tenían acceso eran eventuales o inestables, es decir, contaban con trabajos informales. Asimismo, el 52.8% dijo que el salario era muy bajo para cubrir sus necesidades básicas.
Uno de los datos relevantes es que, el 52.3% de la niñez migrante proviene de hogares donde conviven con solo uno de sus padres, mientras que el 36.2%, hogares donde la niñez vive con ambos padres, un 7.4% donde la niñez vive con sus abuelos y abuelas, y solo un 3.5% donde los menores viven con sus tíos o tías.
Escasa educación
Los resultados evidencian que “un tercio de las niñas y niños migrantes no acompañados con edades de 6 a 18 años logró completar la educación primaria, mientras que 1 de cada 4 cuenta con primaria incompleta. Al comparar por sexo se identifica que el logro educativo ha sido similar para niñas y niños”.
El reporte destaca que 6 de cada 10 hogares recibe remesas de forma regular desde el extranjero, y un 36 por ciento de ellos la utilizan para gastos educativos.
La OIM afirma que el principal destino para la niñez y adolescencia migrante guatemalteca es Estados Unidos, pues el 96.1% tenía como destino la nación norteamericana, pero el 97.2% fueron aprehendidos en tránsito. El 60% de estos realizaron la ruta migratoria con un traficante de personas. Se estima que 1 de cada 2 niños, adolescentes migrantes, han tomado la decisión de migrar por varias causas, entre la que más destaca, mejorar sus condiciones de vida, seguido de la reunificación familiar y trabajo.
Los medios utilizados para migrar reporta que el 59.7% han utilizado a traficantes de personas, lo que también se conoce como “coyotes”, mientras que el 38.1% lo hizo por cuenta propia y el 0.6% NS/NR, y el 0.1% en caravanas migratorias.
“La mayor parte de la niñez retornada recorrió la ruta migratoria con un traficante de personas (59.7%). La mayoría de ellos (94.8%) indicó haber identificado al traficante por referencia de familiares o amigos. La mayor parte de la niñez migrante (46.0%) viajó sin ningún familiar o persona conocida”, dice la OIM.
Sitios de salida y retorno
Según la OIM, cinco son los lugares que más frecuenta niñez y adolescencia, por donde salen del país y por donde también son retornados. Tacaná, San Marcos, con un 2.9%, San Pedro Carchá, Alta Verapaz 2.6%, Chisec, Alta Verapaz con el 2.5%, Sayaxché, Petén 2.2% y Jalapá, Jalapá con el 1.9%.
“La mayor parte de la niñez migrante no acompañada (99.3%) regresa a las comunidades de salida tras retornar a Guatemala. La niñez que migró por motivos de violencia tiene un porcentaje similar de regreso a la comunidad de salida (96.6%) que quienes migraron por otros motivos que no fueran violencia (99.3%)”, refleja la OIM.
El estudio forma parte del conjunto de esfuerzos realizados en los países del Norte de Centro América, con la finalidad de explorar con mayor detalle las experiencias y necesidades de la niñez que retorna a sus países de origen tras haber emigrado de forma irregular.
Bajo estas premisas, la OIM afirma que a través de los resultados obtenidos, se evidencia que es necesario abordar las necesidades de los hogares en las comunidades de origen y que llevan a la niñez y adolescencia a migrar de forma irregular.
“La niñez y adolescencia no acompañada retornada a Guatemala se compone principalmente de adolescentes de 12 a 18 años y dos de cada tres son hombres, con una importante presencia de población indígena. El 63 por ciento de la niñez se identifica como parte de la población maya”, reza el escrito.
Altos números de niñez y adolescencia migrante no acompañada
Según el organismo intergubernamental, los encuentros en la frontera sur de Estados Unidos para la Niñas, Niños y Adolescentes (NNA) aumentaron en el 2021 en comparación con los años anteriores.
“En 2021 se registraron 136,935 encuentros de esta población, lo cual refleja un aumento de 703 por ciento con respecto a 2020, y un 139 por ciento con respecto a 2019. Asimismo, los retornos de la niñez y adolescencia registrados por las autoridades migratorias de estos países presentaron una tendencia creciente en 2021, con 24,185 retornos a la región, mostrando un crecimiento del 93 por ciento respecto a 2020”, afirma la OIM.
Esto se debe al contexto social en el que se encuentran sumergidos los países del triángulo norte de Centroamérica, y en razón de ello, la migración irregular es uno de los procesos más utilizados por las familias en búsqueda de atender las diversas necesidades de sus respectivos hogares, aunque el riesgo sea elevado.