El español José Vicente Nácher Tatay es oficialmente desde este sábado el nuevo arzobispo de Tegucigalpa y asumió su cargo en una eucaristía celebrada en la Basílica Menor de Suyapa en la que abogó por un país centroamericano con dignidad y equidad.
“Con sencillez reconocemos que muchas cosas no están en nuestras manos, pero si decimos aquí están nuestras manos abiertas para alcanzar juntos una Honduras en la que todos podamos vivir con dignidad y equidad”, dijo Nácher Tatay a los fieles en su primera homilía como arzobispo de Tegucigalpa.
La celebración eucarística, en la que participó el nuncio en Honduras, Gábor Pintér, duró más de dos horas. Nácher Tatay recibió el anillo, el solideo y el báculo pastoral en la Basílica Menor de Suyapa por su antecesor, el cardenal Óscar Andrés Rodríguez Maradiaga.
En sus primeras palabras como máximo responsable de la Iglesia en Tegucigalpa, Nácher Tatay destacó que Dios ha dado a conocer “su voluntad a los humildes y sencillos, cuya preocupación no es la eficacia y la elocuencia, si no la verdad y la caridad”.
Señaló que hay que ser humildes para “saber siempre quiénes somos y cuál es nuestra misión, y sencillos para vivir siempre en su verdad, con transparencia y pureza”.
A la consagración asistieron diputados del Congreso Nacional, funcionarios públicos y miembros del cuerpo diplomático, entre otros.
El religioso, que ejercía como párroco en la iglesia de San Vicente de Paúl de Honduras desde el 2016, anunció hoy mismo su primer decreto, en el que ordena que todos los cargos de la iglesia hondureña continúen como hasta ahora, hasta que el papa Francisco indique algún cambio.
La Provincia Eclesiástica de Tegucigalpa cubre 8,619 kilómetros cuadrados, tiene una población de 1.8 millones de ciudadanos, de los cuales poco más de un millón son católicos.
Además cuenta con 63 parroquias y tiene 143 sacerdotes.