Organizaciones feministas nicaragüenses conmemorarán el Día Internacional de la Mujer en medio de la persecución del régimen de Daniel Ortega y Rosario Murillo, que ha criminalizado el activismo de género, censurado su trabajo y forzado al exilio a decenas de defensoras de derechos humanos.
Según datos del Colectivo de Derechos Humanos Nicaragua Nunca Más, con sede en San José, Costa Rica, al menos 91 mujeres fueron víctimas de femicidio en Nicaragua durante 2024, mientras que más de 100 han sido encarceladas por motivos políticos desde 2018.
Además, el régimen ha despojado de su nacionalidad y desterrado a más de 100 mujeres líderes sociales en los últimos dos años.
Un 8M marcado por el exilio y la represión
Desde 2018, la dictadura ha desmantelado más de 3.400 organizaciones de la sociedad civil, incluidas históricas defensoras de los derechos de las mujeres.
Entre las organizaciones clausuradas se encuentran el Movimiento Autónomo de Mujeres (MAM), el Centro de Información y Servicios de Asesoría en Salud (Cisas) y la Red de Mujeres Contra la Violencia, todas ellas clave en la promoción de políticas públicas para la protección de la mujer.
“El cierre de estas organizaciones ha significado un retroceso alarmante en los derechos de las mujeres en Nicaragua. Ahora enfrentan mayor indefensión ante la violencia de género y la falta de acceso a la justicia”, denunció el Colectivo Nicaragua Nunca Más.
En el exilio, las defensoras continúan su labor documentando violaciones de derechos humanos y promoviendo el acceso a la justicia para mujeres perseguidas o en situación de riesgo dentro del país.
Desde distintas partes del mundo, activistas nicaragüenses llamaron a sus socias a las movilizaciones globales del 8M para exigir el cese de la represión y el reconocimiento de sus derechos.
Denuncias desde el exilio
El informe más reciente del Colectivo Nicaragua Nunca Más destaca que el régimen de Ortega y Murillo mantiene una política sistemática de persecución contra activistas feministas, limitando su acceso a financiamiento y criminalizando su labor con acusaciones infundadas de “lavado de dinero” y “conspiración”.
A pesar de la represión, las mujeres nicaragüenses siguen denunciando la violencia de género y el acoso estatal. “Nos han quitado el país, pero no nuestra voz. Desde el exilio seguimos luchando por la verdad y la justicia”, afirmó una defensora de derechos humanos refugiada en Costa Rica.
En el Día Internacional de la Mujer, las organizaciones feministas reiteran su compromiso de seguir exigiendo justicia para las víctimas de la represión y la violencia de género en Nicaragua, en un contexto donde la persecución política ha silenciado a muchas, pero no ha logrado apagar su lucha.