Mulino quiere cerrar el paso por el Darién. ¿Es viable?

Algunos analistas no ven posible la propuesta del presidente electo de Panamá, José Raul Mulino.

Los migrantes llegan en canoas tras navegar por el río Tres Bocas, en la zona fronteriza con Colombia.

El presidente electo de Panamá, José Raúl Mulino reiteró esta semana su promesa de cerrar el paso de migrantes por la Selva del Darién, un área de más de 17 mil cuadrados que tiene el tercer bosque más grande de Centroamérica y que ha sido el cruce obligado de 520 mil personas el año pasado.

“Panamá y nuestro Darién no es una ruta de tránsito. No señor, esa es nuestra frontera. El concepto de cierre que he esbozado implica un concepto filosófico que guarda relación con cerrar la frontera en función de que iniciaremos, con ayuda internacional, un proceso de repatriación con todo apego a los derechos humanos”, dijo Mulino en su discurso de proclamación.

La Selva del Darién, frontera natural entre Panamá y Colombia tiene 265 kilómetros de largo y es una franja de 160 km de bosque y humedales entre el departamento colombiano del Chocó y la provincia panameña del Darién. Pero además es un lugar donde abundan bandas de narcotraficantes y traficantes de personas que suelen abusar de los migrantes y donde se han denunciado abusos sexuales a las extranjeras que pasan por ahí.

“Para que sepan los de allá y los que quisieran venir que aquí el que llega se va a devolver a su país de origen”, enfatizó Mulino.

En 2023, un récord de 520 mil personas, la mayoría de ellas venezolanas, cruzaron la brecha. Casi 120 mil de ellos eran niños.

Este año, al menos 146 mil 945 migrantes irregulares han ingresado a Panamá por la selva del Darién entre el 1 de enero y este 9 de mayo de este año, según el Servicio Nacional de Migración de Panamá. De estos más de 146 mil extranjeros que han transitado este año, 93 mil 860 son venezolanos (un 63.8%). 

El gobierno de Laurentino Cortizo se ha quejado repetidamente de la poca colaboración de su vecino colombiano para enfrentar la crisis y ha declarado “emergencia de seguridad nacional” el paso de migrantes.

Pero ¿es viable cerrar un paso irregular así? Algunos analistas no ven posible la propuesta de Mulino.

“Es inviable. No hay consenso internacional para hacer una cosa de esas. Es una estrategia absolutamente demagoga que obviamente exacerbaría las condiciones que ya de por sí son difíciles para los inmigrantes”, sostuvo el académico colombiano, Mario Urueña, Profesor de la Facultad de Jurisprudencia de la Universidad del Rosario, experto en temas de seguridad y conflictos, en declaraciones a Caracol Radio.

“La verdad es que en una región tan boscosa, tan difícil, con tantos accesos, con tan pocas vías de paso y siendo una frontera muy porosa, yo creo que es bastante complicado y bastante poco efectivo incluso sumando la guardia (…) Hay muchas zonas de acceso por mar entonces estos flujos migratorios pasarían por otro lado”, agregó Urueña.

Según Diego Chaves González, gerente sénior para América Latina y el Caribe del Migration Policy Institute (MPI), un cierre de la frontera es “muy poco viable” porque “por cada punto que se cierra puede que aparezcan tres nuevos más silenciosos, no tan voluminosos”.

 “Frenar la migración de esta manera es algo que en la experiencia que tiene América Latina, experiencia reciente con las pandemias, con los primeros flujos de migración que hubo en el continente, sabemos de las capacidades que tienen las aperturas, muchas veces oficiales, que ayudan a posibilitar y a facilitar la migración”, dijo Chaves González en entrevista con la VOA.

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