Naciones Unidas condena ataques contra comunidades indígenas del Caribe nicaragüense

Una enérgica condena por el asesinato de al menos 6 indígenas mayangnas y heridas en otra persona, externó la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (OACNUDH).

Además rechazó el desplazamiento de varias familias en el territorio Mayangna Sauni As de la Región Autónoma de la Costa Caribe Norte de Nicaragua.

Mientras tanto, el Gobierno Territorial Autónomo Mayagna pidió a la dictadura ayuda para atender a las más de 70 familias que huyeron tras la masacre y que se albergan en un colegio de la comunidad Musawas.

Requieren ropa, comida y medicamentos, dijeron.

Los ataques tuvieron lugar el pasado 11 de marzo, durante la madrugada, cuando un grupo de colonos armados atacó a Jesmin Jacobo Lázaro, Lenín Vilchez Patrón Flores, Alberto Castillo Palacio, Jorge Enor Palacio Samuel y Morgan Díaz Palacio, todos hombres y menores de 30 años. Los asesinatos se produjeron cuando los colonos se dirigían a la comunidad de Wilu. Se informó que habrían atacado también a Mario Patrón Flores, quien permanece hospitalizado.

Los colonos habrían quemado la mayoría de  viviendas de la comunidad, obligando a los habitantes a huir y refugiarse en aldeas aledañas.

 En el momento del ataque se encontraban en la comunidad principalmente mujeres, niñas y niños, puesto que los hombres estaban realizando tareas agrícolas.

Hay reportes de que varios miembros de la comunidad están desaparecidos.

Este no sería el único ataque a los habitantes de la zona, dijo la oficina de las Naciones Unidas.

En este mes al menos dos ataques más fueron cometidos contra la comunidad por colonos no indígenas y ante la inoperancia de las autoridades en la zona.

Las Naciones Unidas también pidieron al Gobierno de Nicaragua avanzar en el proceso de saneamiento de tierras, garantizando el diálogo colectivo y la participación de las comunidades indígenas.

Mientras tanto, el Gobierno Territorial Autónomo Mayagna pidió a la dictadura ayuda para atender a las más de 70 familias que huyeron tras la masacre y que se albergan en un colegio de la comunidad Musawas.

Requieren ropa, comida y medicamentos, dijeron.

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