No hay más vueltas: la producción y comercialización de bebidas alcohólicas seguirá siendo monopolio del gobierno de Costa Rica, tras el rechazo legislativo a una propuesta de ley que buscaba destrabar el ya antiguo control de ese negocio.
La Comisión de Asuntos Agropecuarios del Poder Legislativo archivó esta semana un proyecto de ley que buscaba quitarle exclusividad en la producción y el uso del alcohol etílico para fines licoreros e industriales, que posee desde hace décadas la Fábrica Nacional de Licores (Fanal).
La iniciativa, que se sometió en julio de 2023, no obtuvo los votos del plenario como lo esperaba su autora, la diputada del Partido Liberal Progresista, Kattia Cambronero, quien era respaldada por un grupo de empresas del sector industrial y comercial.
Monopolio data del siglo pasado
La idea de la diputada era convertir a Fanal en una sociedad anónima de capital mixto con opción de vender el 49 % de sus acciones, sin embargo, pese a que luego fue modificado el proyecto, la comisión mantuvo su rechazo.

En 1850 y por iniciativa del entonces presidente Juan Rafael Mora Porras se dispuso que la destilación de alcohol etílico y producción de bebidas alcohólicas para consumo nacional sería un monopolio estatal.
Cuando se creó la Fanal en 1956, se establecieron como sus fines abastecer el mercado local de alcohol para fines licoreros e industriales; elaborar y exportar rones crudos; evitar el contrabando de alcoholes y bebidas alcohólicas; proteger la salud de los consumidores ante bebidas alcohólicas que no tenían control alguno en su fabricación; y proveer ingresos al fisco por el control que implica el monopolio.
Ley abría derechos de negocios a privados
Aunque actualmente la Fanal no destila alcohol por decisión de gobiernos anteriores, sigue manteniendo el monopolio de la comercialización de alcohol, que compra a los productores y destilerías nacionales.
Asimismo, puede otorgar concesiones para la producción de bebidas alcohólicas a empresas, siempre y cuando no compitan con sus productos.
El proyecto de ley buscaba abrir el monopolio estatal de la Fanal, eliminando varios artículos de la ley de Reforma a la Ley Orgánica del Consejo Nacional Producción (CNP) (6050) y del Código Fiscal (1885).
También autorizaba al Instituto de Fomento y Asesoría Municipal (IFAM) y al Instituto de Desarrollo Rural (Inder) a condonar la totalidad de los impuestos adeudados por la Fanal, antes de la vigencia de la ley y los adeudos por multas, recargos e intereses.
“Lo que está bien, que siga bien”
Asimismo, establecía que las empresas pequeñas de bienes y servicios originados en la industria del alcohol, debidamente inscritos ante el Ministerio de Economía, Industria y Comercio (MEIC) o ante el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG), estarían exentas del impuesto sobre la renta durante los primeros tres años de vigencia de esta ley.
Sobre lo anterior, la legisladora apuntaba que estos incentivos de exoneración y renta buscaban impulsar que más productores agropecuarios de caña de azúcar se puedan incorporar a la actividad y precisó que se refiere a alrededor de 6.500 medianos y pequeños productores.
El argumento de los diputados se resumió, en resumidas palabras, en que “lo que está bien, que siga bien”.