En una operación conjunta entre la Policía, la Fiscalía y el Servicio de Seguridad Diplomática de la Embajada de los Estados Unidos (DSS), fueron capturadas 4 personas que presuntamente pertenecían a una organización criminal transnacional dedicada al tráfico de migrantes, incluyendo un nicaragüense.
Esta red facilitaba el paso ilegal de ciudadanos vietnamitas desde Colombia, utilizando a Nicaragua como punto estratégico para que los migrantes continuaran su viaje irregular hacia los Estados Unidos.
La investigación desveló un esquema que expone una oscura colaboración entre funcionarios locales y actores del crimen organizado, con implicaciones directas hacia el régimen sandinista en Nicaragua.
🛥️ COBRABAN DE 2.000 A 2.500 POR PERSONA
Fiscalía colombiana explicó que esta organización le ofrecía a migrantes la ruta vía aérea desde Ipiales hasta la ciudad de Medellín y San Andrés, para después ser llevados a Nicaragua
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— ImpactoVenezuela (@ImpactoVE) October 21, 2024
El tráfico de migrantes: Un negocio rentable
La organización criminal, que operaba entre Colombia y Nicaragua, ofrecía a migrantes asiáticos la posibilidad de viajar de manera irregular a través de una ruta diseñada meticulosamente.
Los viajeros, llegados a Colombia de manera ilegal, eran trasladados desde Ipiales hasta Medellín y luego a la isla de San Andrés, desde donde eran llevados clandestinamente a Nicaragua.
Este paso ilegal tenía un alto costo: entre $2,000 y $2,500 por persona, lo que refleja el lucrativo negocio que se ha generado en torno a la desesperación de aquellos que buscan llegar a Estados Unidos.
La ruta migratoria y el papel de Nicaragua
Una vez en San Andrés, los migrantes eran recibidos por integrantes de la red, quienes les proporcionaban hospedaje y coordinaban su traslado hacia Nicaragua.
Se supone que en Nicaragua, funcionarios del Estado con aval y protección de la fuerza naval del ejército sandinista, protegen a los migrantes como parte del entramado del negocio.
📌Autoridades desarticularon red de tráfico de migrantes que llevaba vietnamitas de Medellín a San Andrés y Nicaragua. 👉Los detalles, aquí: https://t.co/hYp4keGYVP pic.twitter.com/mSgRWKC7HL
— El País Cali 📰 (@elpaiscali) October 21, 2024
Alias “Natasha”, cabecilla de la organización y funcionaria de la Secretaría de Servicios Públicos y Medio Ambiente de San Andrés, jugaba un papel central en esta operación.
Junto a ella, su pareja sentimental, alias “Gordo”, un ciudadano nicaragüense, tenía la responsabilidad de transportar a los migrantes vía marítima hasta las costas nicaragüenses.
Este punto del recorrido no es menor. Nicaragua, bajo la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo, se ha convertido en una pieza fundamental en las rutas irregulares de migración que facilitan el tránsito de personas hacia el norte.
El régimen sandinista ha sido señalado en varias ocasiones por su involucramiento, directo o indirecto, en actividades ilícitas como el tráfico de personas, ofreciendo un refugio y una plataforma para que organizaciones criminales transnacionales operen sin grandes obstáculos.
Antecedentes del negocio migratorio en Nicaragua
El vínculo entre el régimen de Ortega y el tráfico de migrantes no es nuevo. Nicaragua, desde hace años, ha sido un punto de tránsito crucial para migrantes provenientes de diversas partes del mundo, especialmente de Asia y África, que buscan llegar a Estados Unidos.
Las fronteras laxas y la corrupción en el sistema de migración nicaragüense facilitan estas actividades, y, en muchos casos, se ha señalado que altos funcionarios del gobierno están involucrados en permitir y lucrar con el tráfico de personas.
El régimen sandinista ha mantenido estrechos lazos con redes delictivas dedicadas al tráfico de migrantes, y esto ha contribuido a que Nicaragua se consolide como un eslabón vital en el recorrido de los migrantes hacia América del Norte.
Organizaciones como la desmantelada en Colombia encuentran en Nicaragua un socio estratégico que permite la continuación de sus operaciones a cambio de jugosos beneficios económicos.
Además, los migrantes que llegan a Nicaragua encuentran un ambiente propicio para continuar su travesía, dada la debilidad institucional y la corrupción sistémica del país.
Los detenidos fueron presentados ante un Juez de Control de Garantías y se les imputaron cargos por los delitos de concierto para delinquir agravado y tráfico de migrantes. Todos fueron enviados a prisión preventiva mientras continúa la investigación.
La comunidad internacional tiene ante sí el desafío de poner fin a la complicidad de Nicaragua en el tráfico de migrantes, un negocio que ha convertido a miles de pe