Tiene solo 6 años y es capaz de hacer, en poco tiempo, lo que a muchos adultos les tomaría varias horas: armar sets de Lego de hasta 5,000 piezas. Se llama Luca Schneider Palazio, vive en Nueva York, Estados Unidos, y es descendiente de nicaragüenses.
Su madre, Vanessa Palazio, estadounidense de padres nicas, dice que armar complejos juegos de Lego es la pasión del niño.
“Cuando Luca está armando, platica, canta, hasta comienza a bailar. Él ha llegado a un punto en que ve las piezas y sabe cómo van a conectar y se salta las páginas del libro de instrucciones”, dice Palazio.
El pequeño genio de los bloques de construcción ya armó los Lego City, que le gustaban cuando era más pequeño, el pueblo, el castillo y el tren de Harry Potter, la Estatua de La Libertad y ahora está muy interesado en los del programa Ninjago (la serie de televisión producida por Lego Group).
“Le gustan muchísimo los de las ciudades, como Dubai, Nueva York, Londres. Los libros (de los juegos) vienen con descripciones de todos los edificios y eso le interesa”, agrega la orgullosa mamá de Luca.
Comenzó con el Batimóvil
“Cuando cumplí 3 años, en mi cumpleaños, me regalaron el Batimóvil pequeño. Lo hice en unos minutos y fue así como comencé”, le dijo Luca a Univisión en una reciente entrevista.
Muchas de las piezas que ha armado recientemente son complicadas, requieren de mucha concentración y lógica para armarlas y están indicadas para mayores de 18 años, por su complejidad de ensamble, pero ese parece ser un combustible para el niño. Se posa frente a ellas y su mente trabaja, construyendo en su imaginación y comienza pieza por pieza a dar la forma buscada.
Pero no todo es Lego en la vida de un niño, ni siquiera en la de este pequeño genio. Luca debe cumplir con toda la agenda propia de un chico de 6 años. Ir a la escuela, por supuesto.
“Cuando está en el proceso de armar un Lego grande, se despierta emocionado y trabaja en él por unos 15 o 20 minutos, porque tiene que prepararse para ir a la escuela”, cuenta su mamá.
“Cuando regresa, puede pasar el resto de la tarde armando, una, 2 horas al día”, agrega.
Claro, hay otros intereses en la vida de Luca. El fútbol es uno de ellos. Además, tiene su tablet, algo común para un chico estadounidense.
Luca nació en Nueva York; Vanessa, su madre, también. “Pero mis papás son nicaragüenses y visitamos Nicaragua lo más que podemos, una o 2 veces al año, pero es difícil con 3 hijos y los horarios de escuela”, explica.
Mientras tanto el jovial Luca, el niño cariñoso con sus padres y sus dos hermanitas, disfruta de su pasión y posa con orgullo junto a sus decenas de obras construidas. Sí, él es el pequeño príncipe del Lego.