El obispo emérito de Tapachula, Chiapas, en México, Jaime Calderón, llamó al gobierno federal de su país y del estado a que impongan la ley en esa región, donde cientos de mexicanos han huido rumbo a Guatemala debido a la violencia.
Junto a otros integrantes de la Iglesia Católica, Calderón exigió el restablecimiento del estado de derecho y acusó al presidente Andrés Manuel López Obrador y al gobernador gobernador Rutilio Escandón Cadenas de ser cómplices por su indiferente ante la situación.
Al menos 2 cárteles mexicanos se enfrentan en los municipios de la Sierra de Chiapas para controlar los corredores que conectan con el país centroamericano.
Sacerdotes acusan a los gobiernos federal y estatal de dar órdenes al Ejército y a la GN de no intervenir para proteger a la población en #Chiapas
Es una carta firmada por 15 sacerdotes junto con Jaime Calderón Calderón, Obispo emérito de Tapachula y Arzobispo electo de León 👇 pic.twitter.com/a2vDTXqD0M
— Manuel Lopez San Martin (@MLopezSanMartin) July 25, 2024
Quien logre el dominio del territorio ejerce controles para traficar drogas y armas en el sur de México, fronterizo con Guatemala.
“Al rezago y la pobreza ancestral que han padecido, ahora tienen que vivir secuestrados en sus comunidades, pagar el derecho de piso, tomar parte en los retenes del narco y participar como escudos humanos en los enfrentamientos de los cárteles de la droga”, señalaron los religiosos en el comunicado.
Los violentos enfrentamientos y los reclutamientos forzosos de jóvenes han obligado a unos 600 ciudadanos a abandonar el país y buscar refugio en Cuilco, Huehuetenango, en el país centroamericano.
El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, dijo el miércoles que están atendiendo a las víctimas de la migración forzada.
En un comunicado firmado por Jaime Calderón Calderón, obispo emérito de la Diócesis de Tapachula y arzobispo electo de León, Guanajuato, y por otros 15 sacerdotes, acusaron al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador y al gobernador de Chiapas, Rutilio Escandón Cadenas, de ser cómplices e indiferentes ante la situación de violencia.
Las familias “buscaron refugio en comunidades del municipio guatemalteco de Cuilco, fronterizo con Chiapas”, informó el Instituto de Migración de México.