El obispo de Tegucigalpa, José Vicente Nácher, pidió por las mujeres y migrantes hondureños durante la misa en honor a la patrona del país centroamericano, la Virgen de Suyapa.
En nombre de la Iglesia Católica, invocó a la “pequeña milagrosa”, como le llaman a la advocación representada en una figura de apenas 6.5 centímetros, que interceda por colectivos que sufren violencia y rechazos.
“Mira con misericordia Virgen de Suyapa a esas madres valientes que día a día sacan adelante a sus hijos aún entre incomprensiones y abandono”, dijo el también presidente de la Conferencia Episcopal de Honduras (CEH).
Lamentó que en el país persistan crímenes y violencia contra las mujeres, ante la indiferencia incluso de las autoridades. Honduras tiene una de las tasas de feminicidios más elevada de Centroamérica.
Oró por las muchas mujeres que en el país centroamericano aún sufren violencia e indiferencia.
También aquellas forzadas, por diferentes razones sociales, a migrar para tratar de sacar adelante a sus hijos.
La misa fue el colofón de la festividad de la Virgen de Suyapa, cuya imagen fue descubierta hace 277 años y que cada año mueve a decenas de miles de devotos que le agradecen sus milagros o porque le hacen peticiones ante sus problemas.