Obispo exiliado denuncia “feroz cacería contra sacerdotes” en Nicaragua

Al menos un obispo, 11 sacerdotes católicos y dos seminaristas han sido arrestados en los últimos días. La ola de arrestos se da apenas un día después que la cruel pareja de Ortega, la vice-dictadora Rosario Murillo, emitiera un discurso de odio contra los jerarcas de la Iglesia.

Silvio Báez, obispo auxiliar de Managua, exiliado en Estados Unidos.

El obispo auxiliar de Managua, Silvio Báez, exiliado en Estados Unidos, denunció este sábado que “la dictadura sandinista ha desatado esta semana una feroz cacería contra los sacerdotes” y pidió a los obispos y conferencias episcopales del mundo apoyar a la iglesia nicaragüense.

La denuncia de Báez se da luego que la dictadura de Daniel Ortega y Rosario Murillo detuvieran a un obispo y al menos 11 sacerdotes y dos seminaristas en las últimas dos semanas.

“La dictadura sandinista ha desatado esta semana una feroz cacería contra los sacerdotes llevando a la cárcel a varios de ellos, que vienen a añadirse a dos obispos que ya estaban presos”, dijo Báez.

“¡Ruego a los obispos y a las conferencias episcopales del mundo que no nos abandonen en este momento, que oren por la Iglesia de Nicaragua y se solidaricen y alcen su voz denunciando esta persecución de la dictadura contra nuestra Iglesia!”, agregó Baéz, quien tuvo que exiliarse en abril de 2019 tras recibir amenazas de muerte.

La dictadura Ortega-Murillo mantiene encarcelado al obispo de Matagalpa y Estelí, Rolando Álvarez, desde agosto de 2022 y lo condenó a 26 años de cárcel. Este mes detuvo al obispo de Siuna, Isidoro Mora, tras celebrar una misa en la que oró públicamente por monseñor Álvarez.

Junto a Mora fueron arrestados los seminaristas Alester Sáenz y Antonio Palacios.

Luego las fuerzas de seguridad de la dictadura han desatado una ola de capturas que continuó la madrugada de este sábado con la detención de los sacerdotes Mykel Monterrey, Miguel Mántica, Gerardo Rodríguez y Raúl Zamora.

El viernes por la noche se conoció el arresto de monseñor Silvio Fonseca, vicario de la pastoral Familiar, Vida e Infancia de la Arquidiócesis de Managua, un sacerdote muy respetado por los católicos de la capital nicaragüense. 

El obispo auxiliar de Managua, monseñor Silvio Báez, dijo que la víspera fueron arrestados el padre Pablo Villafranca, de la parroquia Nuestro Señor de Veracruz, en Nindirí, Masaya, y el sacerdote Héctor Treminio, tesorero de la Arquidiócesis de Managua y párroco de la iglesia Santo Cristo de Esquipulas, ambas al este de la capital.

El mismo jueves, según las autoridades religiosas, se conoció la detención de monseñor Carlos Avilés, vicario general de la Arquidiócesis de Managua, la más importante del país y que administra el cardenal Leopoldo Brenes, arzobispo capitalino

También el mismo jueves se denunció el arresto de Fernando Calero, párroco de la iglesia Nuestra Señora de Fátima de la localidad rural de Rancho Grande, del norteño departamento (provincia) de Matagalpa.

A la lista de los últimos arrestos se agrega, según Molina, el de monseñor Marcos Díaz Prado, vicario de la iglesia Santo Tomás Apóstol del Puerto de Corinto (occidente).

La ola de arrestos se da apenas un día después que la cruel pareja de Ortega, la vice-dictadora Rosario Murillo, emitiera un discurso de odio contra los jerarcas de la Iglesia a quienes llamó “demonios” y asesinos.

Ortega y Murillo han sido denunciados a nivel nacional e internacional por la comisión de delitos de lesa humanidad, por haber ordenado la represión a disparos contra manifestantes y adversarios desde 2018, provocando la muerte de 355 personas, hiriendo a más de 4,000, secuestrando, desapareciendo, torturando y apresando a más de 3,000 y obligando al exilio y destierro a más de 600,000.

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