El exiliado obispo auxiliar de Managua, Nicaragua, monseñor Silvio Báez, celebró en Palm Beach, Florida, Estados Unidos, la misa dedicada a la venerada Virgen de la Caridad, la advocación a la que los cubanos católicos se encomienda a diario en ese estado.
El oficio religioso se llevó a cabo en la parroquia Santa Juliana.
La festividad dedicada a la patrona de Cuba sirvió par que monseñor Báez dedicará al pueblo cubano, sometido por una dictadura de décadas y bajo la cobija del comunismo que ha sumido a la isla en miserias y limitaciones de libertades básicas.
“A la Virgen le vamos a encomendar al pueblo cubano, para que ella le acompañe, le consuele y anime su esperanza. Que sus palabras proféticas se hagan realidad un día en el noble pueblo cubano: el Señor derriba del trono a los poderosos y enaltece a los humildes. Profecía de la Virgen que nunca ha sido desmentida”, dijo monseñor Baez, una valiente voz en contra de la dictadura de su país, que somete a la Iglesia Católica.
El pueblo cubano “no es un pueblo huérfano, pues tiene una madre que lo cuida y que desde el cielo intercede por él y le acompaña en su camino de esperanzas hacia la libertad”, dijo monseñor.
Monseñor Báez, considerado uno de los faros nicaragüenses tras las populares protestas de 2018 en Nicaragua, abandonó el país en 2019 tras las arremetidas del dictador Daniel Ortega, quien ordenó reprimir a ciudadanos disidentes de sus barbaries.