Panamá es el cuatro país de América Latina con más inversión en España, con una participación de un 9 %, reveló un informe del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI).
Titulado como “La inversión latinoamericana en España”, el estudio analiza el despegue del capital latino en una de las economías más dinámicas del viejo continente después de la pandemia de covid-19.
La investigación señala que cuatro economías de América Latina concentran un 79 % del stock de la inversión extranjera directa (IED) en España, donde México lidera con 245 empresas que representan un 44 % de las sociedades registradas.
En segundo lugar, se encuentra Chile, con un 15 %, seguido de Brasil con un 11 %, y Panamá con un 9 %. En la lista se incluye Venezuela, Argentina y Uruguay, con un 4 %, respectivamente.
Latinoamérica representa la cuarta economía con más inversiones en España, solo superada por Estados Unidos, Reino Unido y Francia.
En el caso de Panamá, las inversiones se concentran en agricultura, manufactura, distribución comercial, construcción e inmobiliaria. Además, hay capital invertido en servicios de hostelería, administrativos y científicos.
La inversión en España ha incrementado 16 veces en las últimas dos décadas, al pasar de $53,170 millones en 2000 a $845,948 en 2022. Solo en 2023, el capital latino ascendió a 2,835 millones de euros (más de $3,000).
Latinoamérica comparte con España lazos en común, como el idioma y un intercambio cultural. En general, Iberoamérica (España, Portugal y Latinoamérica) representa un 9 % de la población mundial y un 4 % de la superficie del planeta, además de un 7.8 % del Producto Interno Bruto (PIB) global.
Un 58 % de las empresas encuestadas en el estudio se fundaron antes de 1990, mientras que un 42 % se establecieron después de ese año. De este universo, un 42 % de las firmas de Panamá tienen una “historia larga” en España.
El flujo de la inversión extranjera directa se comenzó a documentar en la década de 1970, mostró un desarrollo moderado. Sin embargo, con la globalización se impulsó una “ola expansiva” que modificó el mercado mundial y las empresas latinas, que se caracterizan por concentrarse en los mercados más cercanos, se abrió camino en economías más complejas.