La Defensoría del Pueblo de Panamá abrió una investigación de oficio por violencia sexual contra migrantes en la provincia del Darién, informó el viernes el defensor del pueblo, Eduardo Leblanc González.
La denuncia será interpuesta una denuncia ante la Procuraduría General de la Nación, para investigar otros posibles delitos, sostuvo el Ombudsman panameño.
Según la defensoría, la investigación surgió tras recibir información sobre la situación en algunas comunidades por el paso de migrantes, tras una reunión con la representante de Médicos Sin Fronteras en Panamá, Cristina Zugasti.
“Hemos tenido un intercambio de información con Médicos Sin Fronteras, tras publicación de un medio impreso local y también información por la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas (ACNUDH), por lo cual se cumple con el deber legal y constitucional al abrir dicha queja”, destacó el Ombudsman panameño.
Zugasti indicó que en la reunión se abordó el tema de la violencia sexual desde el último trimestre del año pasado hasta la fecha.
Médicos sin Fronteras ha reportado 676 casos de violencia sexual entre migrantes que pasan la selva del Darién en el último año.
De acuerdo a Zugasti, representante de esta organización, lo que viven las mujeres en Darién es “una violencia masiva, sistemática, recurrente y con un modus operandi” debido a la gran cantidad de casos y la similitud que hay entre los mismos.
Según la representante de MSF, octubre a diciembre del año pasado fue la temporada con más casos de violencia sexual registrados desde que la organización trabaja en el país.
Un informe publicado por MSF en noviembre pasado reveló que los testimonios de las víctimas hablan de carpas instaladas en la mitad de la selva y secuestros con violaciones grupales.
Los testimonios de las pacientes dan cuenta de hombres armados que secuestran a grupos enteros de migrantes tras horas de cruzar la frontera entre Colombia y Panamá. Les roban su dinero y les dicen que es el costo por pasar por allí.
La violencia sexual, que va desde tocamientos hasta violaciones, ocurre frente a los demás migrantes o en carpas instaladas para ese fin en la mitad de la selva. Aunque también los hombres y las personas con identidades diversas están expuestos a esta forma de violencia, el 95 % de las sobrevivientes atendidas son mujeres.