El comercio ilícito deja una pérdida a la economía panameña de $100 millones anuales, según estimaciones de la Alianza Contra el Comercio Ilícito de Panamá.
La comercialización ilegal de productos afecta toda Centroamérica, “popular” en los mercados de gran abastecimiento donde se venden cigarrillos de contrabando, pastas dentales, aceite trasegado, licores y otros productos de primera necesidad que no pasan por un registro ante las autoridades, por lo que se considera defraudación al fisco.
En un reporte compartido en redes, la Alianza Contra el Comercio Ilícito aplaudió el trabajo de la Autoridad Nacional de Aduanas en la realización de operativos entre julio y noviembre de 2024, que dejaron un decomiso récord de más de 104.1 millones de unidades de cigarrillos ilegales, valorados en $19 millones.
“El contrabando de cigarrillos representa un desafío crítico que pone en riesgo la economía, la salud pública y la seguridad del mercado. Estas cifras reflejan tanto la magnitud del problema como el esfuerzo conjunto que se requiere para enfrentarlo”, señaló.
De acuerdo con datos de la consultora Nielsen, el 92.1 % de los cigarrillos que se comercializan en Panamá proceden de actividades de contrabando. Para la Alianza, esta práctica genera tanto pérdidas fiscales en “millones de dólares” como daños en la salud de los consumidores de productos no regulados y de dudosa procedencia.
Entre los productos incautados por las autoridades panameñas también hay medicamentos, productos agrícolas y alcohol.
En un foro realizado en 2022, por la Federación de Cámaras y Asociaciones Industriales de Centroamérica y República Dominicana (FECAICA), las autoridades regionales señalaron que El Salvador, Guatemala y República Dominicana tiene entre sus principales productos de contrabando los cigarrillos y el licor trasegado.
Los cigarrillos que se comercializan de manera ilegal en la región proceden de China, Corea o la India. Ingresan por Panamá y Belice, para luego distribuirlos al resto de los países.