Panamá refuerza seguridad en fronteras marítimas con Colombia para evitar paso de migrantes irregulares

Como parte de la estrategia contra la migración, el gobierno de Panamá aumentó la vigilancia en el Caribe y el Pacífico, para detectar viajeros irregulares.

El gobierno de Panamá reforzó los patrullajes marítimos en la frontera con Colombia como parte del esfuerzo para frenar la migración irregular que tiene en jaque a este país centroamericano.

Sólo unos días después que el presidente José Raúl Mulino ordenara la instalación de alambradas en pasos en la selva del Darién, la vigilancia fue incrementada en el Caribe y el Pacífico.

El Ministerio de Seguridad confirmó en redes sociales que el funcionario a cargo de la cartera estatal, Frank Ábrego, ordenó el despliegue de unidades del Servicio Nacional Aeronaval y del Servicio de Fronteras para cerrar el paso por al menos 5 puntos en la frontera.

Para Mulino, quien asumió el Ejecutivo el 1 de julio anterior, el tema migratorio es punto de honor y ha insistido en deportar a los viajeros irregulares que sean sorprendidos por las autoridades.

El año pasado, más de medio millón de personas cruzaron el Tapón del Darién, una selva tropical donde además de los peligros de la naturaleza abundan las bandas criminales que roban, trafican, violan y asesinan a los viajeros.

El presidente firmó con Estados Unidos un acuerdo de colaboración para contener a los migrantes que atraviesan el país, luego el resto de Centroamérica para intentar llegar al país norteamericano.

La crisis migratoria y humanitaria que se vive en esta región del país por más de una década y que ha ido empeorando año tras año, ha llevado al gobierno panameño a tomar fuertes medidas para tratar de frenar el flujo de personas.

El gobierno estadounidense entregó a Panamá $6 millones para capacitación técnica y vuelos de repatriación.

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