En medio de elevados índices de criminalidad, los residentes de Colón, en el Caribe de Panamá, se mantienen a la expectativa por la próxima implantación de un toque de queda para combatir a los delincuentes.
Con al menos 76 asesinatos en lo que va del año, la ciudad es la que presenta mayores índices de violencia y mientras unos aplauden la decisión del presidente José Raúl Mulino, otros se preguntan si la represión del delito será suficiente para contener una espiral social.
Ciudadanos como Ulises Green, un dirigente juvenil, insistió a TVN, una televisora local, que además de esta medida se requieren planes de prevención a mediano y largo plazo.
Sin embargo, otros aplauden la medida y consideran que los planes represivos son necesarios para contener a los criminales.
El periodista Fernando Martínez coincidió con Green y aseguró que los toques de queda, en los que se montan retenes policiales, no han resultado.
“Todo el mundo sabe dónde están los capos de estas pandillas, es más, estos capos ya no viven en Colón, se han mudado a Paitilla, compran propiedades, tienen recursos”.