En los últimos 5 años, Costa Rica ha enfrentado una creciente ola de violencia impulsada por el crimen organizado, alcanzando un trágico récord en 2023 que ha terminado por afectar su imagen como destino turístico.
Este fenómeno ha marcado un cambio preocupante en la percepción internacional de seguridad en un país conocido por su estabilidad y belleza natural.
Un amplio informe del sitio especializado en turismo, Traveling Lifestyle señala que Costa Rica, durante mucho tiempo, se ha destacado como un oasis de paz en América Central, con una economía próspera y una reputación como un destino turístico seguro.
🇨🇷La Feria de turismo Expotur 2024, en la que participarán empresarios locales e internacionales, buscará en mayo situar a Costa Rica como un multidestino natural para impulsar la generación de negocios, dijo este lunes la Asociación Costarricense de Profesionales en Turismo pic.twitter.com/dB9fFbBTWV
— EFE Centroamérica (@EFE_ACENTRAL) February 20, 2024
Sin embargo, en los últimos años el país ha enfrentado desafíos cada vez mayores debido al aumento de la actividad del crimen organizado y al incremento de la pobreza y la desigualdad social.
El surgimiento de bandas, el tráfico de drogas y la presencia de grupos criminales han contribuido a un aumento significativo de la violencia en todo el país.
Este incremento ha afectado tanto a áreas urbanas como rurales, desafiando la imagen de Costa Rica como un refugio de seguridad en la región.
El año crítico de 2023
El año 2023 se convirtió en un punto crítico para Costa Rica en términos de seguridad.
Con más de 900 homicidios registrados, el país enfrentó una crisis sin precedentes en su historia moderna.
Este incremento en la violencia ha generado preocupación tanto a nivel nacional como internacional, amenazando la estabilidad social y económica del país.
La percepción de inseguridad ha aumentado, afectando la confianza de los ciudadanos en las instituciones gubernamentales y en las fuerzas del orden.
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Además, el turismo, uno de los pilares de la economía costarricense, ha sufrido las consecuencias de esta ola de violencia, con una disminución en la llegada de visitantes internacionales.
Gobierno sin estrategia
Ante este escenario, el gobierno de Costa Rica se ha visto obligado, sin éxito, a buscar medidas enérgicas para combatir el crimen organizado y restaurar la seguridad en el país.
Sin embargo, la lucha contra el crimen organizado es un desafío complejo que requiere la cooperación y el compromiso de múltiples actores, tanto a nivel nacional como internacional.
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El camino hacia la recuperación y la restauración de la tranquilidad en Costa Rica será largo y arduo, estiman los expertos.
Se necesitará un enfoque integral que aborde las causas subyacentes de la violencia, fortalezca las instituciones encargadas de hacer cumplir la ley y promueva la participación ciudadana en la construcción de comunidades seguras y resilientes.
Ofertas bajo riesgo
Costa Rica es catalogada como el destino más seguro de América Latina según el Índice de Paz Global; aún ofrece a los viajeros experiencias memorables en un entorno natural impresionante.
Sin embargo, aunque el país se destaca por su seguridad relativa en comparación con otros destinos de América Central, es crucial que los turistas ejerzan precaución durante su visita.
El principal desafío al que se enfrentan los viajeros en Costa Rica es el robo menor.
Es fundamental que estén siempre conscientes de su entorno y mantengan un cuidado especial sobre sus pertenencias personales.
Recientes informes destacan que Costa Rica ha identificado 36 lugares donde los turistas podrían correr mayores riesgos de asaltos y estafas.
Entre estas zonas, se incluyen los populares pueblos costeros y playas de Jacó, Tamarindo, Quepos, Dominicalito y Manuel Antonio.
Asimismo, destinos turísticos como Garabito, Cahuita, Montezuma, Mal País, Santa Teresa, La Fortuna, Samara y la Península de Osa requieren una vigilancia más cercana para prevenir delitos.
Además, es importante tener en cuenta las advertencias emitidas por los organismos de viaje de Estados Unidos y Canadá a sus ciudadanos, así como las estafas comunes que pueden surgir durante la visita.
Algunos lugares específicos, como Quepos, Tamarindo y Jacó, han experimentado un aumento en actividades criminales dirigidas principalmente a turistas, por lo que se aconseja ejercer precaución adicional al visitar estas áreas.
Limón, en la costa caribe costarricense, pese a su exuberante belleza es el sitio más peligroso de Costa junto a San José, la capital.