El comandante de la Policía Militar del Orden Público (PMOP) y responsable de la seguridad de los centros penales de Honduras, Ramiro Muñoz, dijo que en enero y febrero de 2025 concluirán las construcciones de “importantes obras de infraestructura carcelaria”.
Entre los proyectos destacados, Muñoz mencionó la finalización de un módulo con capacidad para 1,500 privados de libertad en la cárcel de Ilama, Santa Bárbara, y otro con espacio para 1,300 reclusos en la penitenciaría de Támara, Francisco Morazán.
Además, se concluirá un módulo de máxima seguridad en el centro penal La Tolva, ubicado en Morocelí, El Paraíso, con capacidad para albergar a más de 1,300 reclusos de alta peligrosidad.
También se realizarán mejoras en la cárcel de mujeres, en un esfuerzo por ampliar y optimizar el sistema penitenciario nacional.
Clasificación penitenciaria y reorganización
El funcionario destacó que estos avances en infraestructura permitirán implementar una clasificación de los privados de libertad, categorizándolos según su situación jurídica o su nivel de peligrosidad.
Esta reorganización será posible gracias a un trabajo coordinado con la Corte Suprema de Justicia.
“Esta clasificación nos permitirá adecuar mejor a los privados de libertad, separándolos entre procesados y condenados, además de clasificarlos por su grado de peligrosidad y su pertenencia a organizaciones criminales”, explicó Muñoz.
Insistió en que esta iniciativa es fundamental para combatir el problema de hacinamiento en los centros penales del país.
Según sus declaraciones, la redistribución de reclusos garantizará que cada espacio sea utilizado de manera eficiente, al mismo tiempo que se fortalecen las condiciones de seguridad y se promueve una gestión penitenciaria más ordenada y justa.
Según datos oficiales, Honduras alberga aproximadamente 20,000 reclusos, a pesar de tener una capacidad diseñada para solo 13,000.