El presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua, Monseñor Carlos Herrera, encabezaría ante la dictadura las gestiones para ayudar al arrestado obispo de Matagalpa, Rolando Álvarez.
Álvarez, en arresto domiciliario desde hace 5 meses, es acusado de conspiración por el dictador Daniel Ortega y su vicepresidenta y esposa, Rosario Murillo.
La Prensa de Nicaragua, el principal periódico del país y uno de los blancos de ataque de la dictadura Ortega-Murillo, publicó que monseñor Herrera lidera las gestiones con el gobierno sobre el caso de Álvarez y que está más involucrado en el caso.
El obispo de Matagalpa, detenido en agosto pasado, fue acusado formalmente el 13 de diciembre por los supuestos delitos de conspiración para cometer menoscabo a la integridad nacional y propagación de noticias falsas.