El presidente de Guatemala, Bernardo Arévalo, se pronunció sobre la situación política en América Latina, destacando que los líderes actuales de la “segunda ola progresista” enfrentan retos diferentes a los de sus predecesores.
En declaraciones a La Jornada, de México, Arévalo enfatizó en la importancia de trabajar hacia la sostenibilidad de proyectos a largo plazo en lugar de buscar soluciones inmediatas.
Durante su visita para la toma de posesión de Claudia Sheinbaum, Arévalo se reunió con otros mandatarios de la región, incluyendo a Lula da Silva y Gustavo Petro, para discutir la situación política actual.
En contraste con la “envidiable” situación de México, el presidente guatemalteco enfrenta una correlación de fuerzas adversa en su país, donde su partido, Semilla, cuenta con sólo 23 de los 160 diputados.
Arévalo señaló que ha tenido que navegar en un “campo minado” debido a 16 demandas de desafuero en su contra, presentadas por la fiscal general, Consuelo Porras.
A pesar de estos obstáculos, el mandatario persiste en su lucha contra la corrupción, un tema central de su campaña electoral.
Los primeros 6 meses de su gobierno fueron complicados por la falta de apoyo legislativo, lo que dificultó la aprobación de recursos para situaciones de emergencia. Sin embargo, logró una convergencia con una mayoría de diputados para ampliar el presupuesto, aunque los desafíos continúan, especialmente en la construcción de infraestructuras.
Arévalo también destacó la importancia de mantener un diálogo directo con los pueblos originarios de Guatemala, asegurando que ellos son quienes determinan la representación en estas reuniones.
En términos de corrupción, su gobierno ha comenzado a implementar medidas de control y ha presentado más de 100 denuncias ante el Ministerio Público, a pesar de la resistencia de las estructuras políticas corruptas.
En cuanto a la crisis de refugiados en la frontera con México, el presidente expresó su optimismo respecto a la estrategia de la nueva presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, para recuperar el control en Chiapas y evitar que la violencia de los cárteles de la droga se traslade a Guatemala.