Los presidentes de Panamá y Costa Rica, Laureano Cortizo y Rodrigo Chaves, atestiguaron de primera mano este viernes la llegada de migrantes indocumentados en la selva del Darién, escenario de una crisis migratoria sin precedentes.
Cortizo y Chaves sobrevolaron las poblaciones de Bajo Chiquito, Canamembrillo y el río Tres Bocas, en la zona fronteriza con Colombia para luego aterrizar en en la Estación de Recepción Migratoria Lajas Blancas, donde vieron desde una tarima situada frente al río, la llegada de migrantes irregulares desde Sudamérica, el Caribe y algunos asiáticos, en varias canoas.
Muchos de los migrantes arribaron con niños pequeños y solo con bolsas plásticas o mochilas. Algunos de los migrantes tenían dificultades para caminar.

Los mandatarios -acompañados de sendas delegaciones- escucharon a oficiales migratorios panameños explicarles la realidad que afrontan a diario con los migrantes.
“Panamá hace un esfuerzo titánico para atender a los miles de migrantes irregulares que atraviesan la peligrosa jungla del Darién, con el propósito de salvaguardar sus vidas; sin embargo, esta crisis es una situación insostenible que a los panameños nos afecta directamente”, dijo Cortizo, previo a la gira por el Darién, tras reunirse con Chaves en la capital panameña.
📍Darién
Realicé junto al Presidente de Costa Rica @RodrigoChavesR, un recorrido aéreo por la región fronteriza con Colombia, específicamente sobre las comunidades receptoras de migrantes irregulares provenientes de Suramérica, que ingresan de manera irregular a nuestro país.🇵🇦🇨🇷 pic.twitter.com/7ZlcgmmOp6— Nito Cortizo (@NitoCortizo) October 6, 2023
Los presidentes sostendrán esta tarde la Reunión del Gabinete Binacional Panamá-Costa Rica en la Primera Brigada Oriental del Servicio Nacional de Fronteras (Senafront).
Casi 400 mil migrantes irregulares han pasado por la Selva del Darién este año, rumbo a Estados Unidos. La mayoría venezolanos, haitianos, ecuatorianos y chinos.

Costa Rica y Panamá han declarado alerta nacional por la crisis migratoria y se quejan de la falta de recursos para afrontar el enorme flujo de migrantes así como la poca colaboración de gobiernos sudamericanos al respecto.