Un prisionero recién trasladado a la cárcel La Tolva, el Centro Penal de Morocelí, El Paraíso, fue hallado muerto en circunstancias aún no esclarecidas por las autoridades hondureñas.
El reo, identificado como Enrique Aníbal Hernández, apenas pasó vivo 24 horas en esa cárcel, pues fue llevado desde la prisión de Olanchito.
“La muerte del reo en La Tolva será investigada y los culpables serán castigados”, dijo la viceministra de Seguridad y directora de la Comisión de Intervención de los Centros Penales, Julissa Villanueva.
Hernández Núñez era miembro de la Pandilla Barrio 18 y estaba encarcelado por participar en una masacre en Olanchito, Yoro, en la que murieron dos niños y dos mujeres.
“Nosotros estamos trabajando en pro de la recuperación de la gobernanza de los centros penales, nos preocupa lo que ahí sucede. Este es un problema difícil. No hemos podido llegar a todos los centros penales, pero la estrategia ahí está”, aseguró Villanueva.
“Cualquier muerte violenta va a ser investigada y desde ya las cuadrillas de la DPI están en el lugar y nos darán una explicación de lo sucedido para que se investigue esta muerte violenta. Ni en ninguno de los centros penales se va a permitir más violencia, poco a poco se van a generar acciones para controlar la situación”, agregó.
Las autoridades hondureñas pretenden recuperar el control de las cárceles, donde los prisioneros, principalmente pandilleros, han impuesto sus reglas y muchos viven en condiciones de “privilegio” dentro de las penitenciarías. El país tiene 26 penitenciarías y casi 20,000 prisioneros.