La dictadura sandinista ha dado un golpe monumental al transporte aéreo de Nicaragua al incluir a la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) en la lista de 1,500 organizaciones no gubernamentales (ONG) que se clausuraron el lunes 19 de agosto.
Las autoridades, al considerar erróneamente a IATA como una ONG, procedieron a cerrar sus cuentas bancarias, afectando el mecanismo utilizado por las agencias de viaje para emitir boletos aéreos en el país, revela La Prensa.
Según representantes del sector turístico, la IATA, que estaba registrada en Nicaragua, llevaba muchos años sin operar en el país sino en línea, por lo que no contaba con representación ni oficinas locales.
Las cuentas bancarias que fueron bloqueadas no pertenecían a esta entidad que ya no existía, sino al organismo internacional de transporte aéreo, con sede en Canadá.
La IATA que la dictadura afectó no es una ONG, sino el organismo regulador del transporte aéreo mundial.
Fundada en 1945, la IATA agrupa actualmente a 320 aerolíneas, representando el 85 % del transporte aéreo global y se dedica a apoyar la aviación comercial.
Entre sus funciones, se encuentra la de emitir los códigos de reservas de aerolíneas utilizados por las aerolíneas y agencias de viaje en todo el mundo para la venta de boletos aéreos.
Disparo en los alas
“Esta decisión demuestra una gran ignorancia por parte de quienes la tomaron. Están afectando a muchas agencias de viajes que operan en Nicaragua y dificultando aún más su trabajo. Están creando obstáculos innecesarios para pequeños y medianos empresarios que simplemente buscan ganarse la vida de manera honesta”, comentó a LA PRENSA un empresario del sector turístico que prefirió no ser identificado por temor a represalias.
Dirigentes del sector explicaron a LA PRENSA que, con las cuentas bancarias de IATA bloqueadas, las agencias de viaje no pueden realizar los pagos correspondientes a los boletos aéreos, lo que les impide emitirlos.
Por ello, desde ayer durante todo el día en Nicaragua no se pudo reservar vuelos ni emitir boletos físicos o digitales, afectando el transporte aéreo internacional.
Tras el cierre de las cuentas de IATA, la aerolínea colombiana Avianca fue la primera en reaccionar, retirando su inventario de boletos y solicitando a las agencias de viaje que, mientras se resuelve la situación, compren directamente a través de su sitio web para garantizar la disponibilidad de boletos a sus clientes.
Otras aerolíneas aún no se han pronunciado sobre la situación, lo que ha dejado paralizada la venta de boletos de otras compañías.
“Hasta donde sé, representantes de IATA están tratando de comunicarse con el gobierno para aclarar la situación, pero todavía no lo han logrado. Mientras esto no se resuelva, la venta de boletos aéreos seguirá paralizada”, confirmó un dirigente del sector turístico.
El empresario también cuestionó la coherencia del régimen al intentar fomentar el turismo mientras toma decisiones que lo perjudican.
“Esta es una grave negligencia por parte de los funcionarios encargados de cumplir las órdenes del Ministerio del Interior (Mint) tras el cierre de organizaciones, sin siquiera verificar si realmente están confiscando los bienes de las entidades correctas”, concluyó.
El error monumental ocurre en un contexto de profunda inestabilidad política y económica de Nicaragua, que en su afán de control social, ha cerrado 1,650 organizaciones sin fines de lucros, cámaras empresariales, negocios turísticos, sociedades humanitarias, académicas, deportivas, ambientales y sobre todo religiosas.