En un momento de creciente tensión entre Rusia y las potencias occidentales democráticas, Moscú anunció planes para evaluar la construcción de un centro de ciencia y tecnología nuclear en Nicaragua.
Este anuncio, divulgado por la revista rusa Sputnik, una fuente conocida por su cercanía con el Kremlin, destaca un acuerdo intergubernamental sobre cooperación en el campo de las aplicaciones no energéticas de la energía atómica con fines pacíficos.
Según el acuerdo, ambas naciones colaborarán en diversos proyectos, incluyendo la creación de reactores nucleares de investigación, aceleradores de partículas y generadores de neutrones, con aplicaciones en sectores como la agricultura, medicina, industria, ciencia y monitoreo ambiental.
Este convenio, firmado en marzo de 2023 y efectivo desde junio del mismo año, refleja no sólo una profundización de las relaciones bilaterales entre Nicaragua y Rusia sino también una aparente desviación de Managua de los principios democráticos, dada la naturaleza autoritaria del régimen de Daniel Ortega.
La colaboración nuclear se percibe como un desafío a la comunidad internacional, especialmente en un contexto donde las tensiones entre Rusia y Estados Unidos están en un punto álgido, debido a diversos factores geopolíticos y a la continua influencia rusa en regiones estratégicamente sensibles para Washington.
La decisión de avanzar en proyectos nucleares con una nación conocida por su represión interna y deterioro democrático genera preocupaciones sobre la no proliferación y la seguridad regional.
Este movimiento es visto por muchos como una táctica de Rusia para expandir su influencia en América Latina, en un momento donde su confrontación con Occidente, especialmente Estados Unidos, se ha intensificado debido a su agresiva política exterior y acciones militares en otros territorios.
La implicación de Nicaragua en este acuerdo subraya el aislamiento creciente del país bajo Ortega, quien ha sido criticado por la represión de la oposición, el cierre de espacios cívicos y la manipulación electoral.
Al alinearse más estrechamente con Moscú, Managua parece desafiar abiertamente las normas democráticas internacionales, aumentando las preocupaciones sobre la estabilidad en la región y la posibilidad de un nuevo frente en la rivalidad entre grandes potencias en el hemisferio occidental.
La noticia ocurre, además, en la misma semana que Estados Unidos ha impuesto restricciones de venta de armas y componentes de defensa de tecnología estadounidense a la dictadura de Nicaragua.