Salvadoreños festejan el Día de la Pupusa

El Salvador celebra hoy el Día de la Pupusa, la comida más emblemática, consumida, democrática y amada en el país más pequeño de Centroamérica.

De orígenes precolombinos y hasta disputados con países vecinos, esta es una tortilla de masa de maíz rellena de queso, frijoles, chicharrón o una mezcla de todos los ingredientes, que puede comprarse en casi cualquier colonia, barrio o poblado del país. Incluso los hoteles más prestigiosos y restaurantes la incluyen en su menú.

Aunque también hay una variedad hecha con harina de arroz, una especialidad oriunda de un pequeño poblado en la zona paracentral, que en las últimas dos décadas ha ganado popularidad.

La fecha por decreto

Cada segundo domingo de noviembre se festeja el Día de la Pupusa, por decreto legislativo desde 2005.

Desde ese año, el día se vuelve una fiesta de comilona en muchos lugares, aunque los salvadoreños no necesitan de una fecha especial para comerlas. 

Se acostumbra consumirlas en fin de semana, en familia o entre amigos, principalmente para cenar, aunque también se acostumbran para el desayuno.

Incluso, los dichos populares rezan que no comer pupusas en domingo es el equivalente a un pecado.

Cifras de la Defensoría del Consumidor indican que el 71 % de los salvadoreños opta por pupusas para cenar y un 67 % también las come en la mañana.

De acuerdo al Ministerio de Economía, la elaboración de pupusas, una industria desde donde se vea, genera unos 300,000 empleos anuales.

¡De récord!

La pupusa es para los salvadoreños como las hamburguesas y hot dogs para los estadounidenses o la pasta para los italianos. Algo intrínseco de su cultura que se ha exportado incluso a Europa.

En 2014, en Olocuilta, donde las pupusas se hacen de arroz, impusieron el Récord Guinnes a la más grande hecha con esa masa, 4.5 metros de diámetro y, un año después, en Antiguo Cuscatlán, parte del área metropolitana, prepararon una de 5.5 metros.

La fecha también se celebra en cada rincón del mundo donde haya salvadoreños.

En Los Ángeles, California, donde se estima que viven unos 400,000 salvadoreños o en el área metropolitana de Washington, donde según el censo de 2020 hay 200,000 originarios de El Salvador, la fiesta es parte importante de la comunidad y el plato ha contagiado a personas de otros países.

Se dice en esas ciudades que uno sabe cuando llega a las zonas donde habitan los salvadoreños porque se percibe con facilidad el olor de las pupusas.

En algunas pupuserías en El Salvador este día se celebra el concurso del comelón, en el que valientes y osados individuos, principalmente hombres, compiten por saber quién puede consumir más.

Hay registros de glotones que comieron hasta 37 pupusas, acompañadas de curtido de repollo y salsa típica de tomate, como se estila.