Millares de pandilleros tras las rejas, el evento de belleza más importante del mundo celebrado en la capital y una profunda crisis económica -aunque oficialmente no se reconozca, al menos en público- son algunas de las cosas que los salvadoreños recordarán con insistencia como herencia del año que termina.
Los aplausos por la mejoría en la seguridad pública son tantos como las quejas por los elevados precios de todo en El Salvador.
La popular mano dura
Por años, los salvadoreños pidieron una política de mano dura que ayudara a bajar los índices de asesinatos (103 por cada 100,000 habitantes en el 2015 y este año, 2.4 por cada 100,000) y por fin hubo resultados.
La política antipandillas del popular Nayib Bukele, el presidente, sostenida en un régimen de excepción que cumplirá 2 años en marzo próximo, ha permitido el arresto de al menos 74,000 mareros.
Esto es muy bien recibido por la población, que ahora camina con tranquilidad por las colonias y barrios que antaño fueron territorios de las dos grandes pandillas, la MS-13 y Barrio 18.
Pero la política es fuertemente cuestionada por opositores (la oposición política está tan diluida que apenas sobrevive) y organismos locales e internacionales que velan por los derechos humanos.
El mandatario ha prometido que los pandilleros detenidos seguirán tras las rejas.
Caro… ¡carísimo!
El Salvador se volvió un país muy, muy caro para vivir.
El precio de la canasta básica alimentaria subió entre 2019 y octubre de 2023 se elevó $47.52 en la zona rural y $59.67 en la urbana, mientras el salario mínimo actual es de 365 dólares.
Los precios de la vivienda se volvieron exorbitantes (venta y alquiler) y con frecuencia los salvadoreños bromean diciendo que en el país más pequeño de Centroamérica los precios son como los de Miami.
El gobierno, que se regodea con sus logros de seguridad pública, en general no discute el tema que asfixia a la población.
En todas las encuestas públicas del año, el elevado costo de la vida ha sido el problema que más aflige a los ciudadanos.
En el horizonte, no hay señales de cambios para mejorías.
Contagiados por las misses
Noviembre fue el mes en que los salvadoreños se enamoraron de las 84 representantes de igual número de países que participaron de Miss Universo, que se celebró por segunda ocasión (la primera fue en 1975) en San Salvador.
Y por si el espectáculo por sí solo no fuera suficiente, vieron como una centroamericana, Sheynnis Palacios, de Nicaragua, se coronó como la miss de misses.
MISS UNIVERSO 2023: @sheynnis. 👑✨
Este es un recap de su recorrido en la 72a edición de @MissUniverse 2023 en El Salvador. 🤩❤️#72MISSUNIVERSE#72ndMISSUNIVERSE#MissUniversoSV pic.twitter.com/UIQMmzsuA3
— Miss Universo El Salvador 2023 (@MissUniverso_sv) November 19, 2023
Las participantes recorrieron el país y los ciudadanos pudieron verlas de cerca, el turismo se disparó (65,000 personas llegaron por el evento) y el país percibió $177 millones. Aún no está claro cuánto invirtió el gobierno, pero de que fue una muy buena publicidad, lo fue.
Reelección, ¿es constitucional?
Con su inusitada popularidad (90 % de aceptación, de acuerdo a todas las encuestas), Nayib Armando Bukele Ortez, de 42 años, quien se autodenomina como el presidente más cool del mundo, no pudo resistir a la tentación de buscar la reelección.
La Constitución de la República la prohibía, eran las cláusulas pétreas, pero los magistrados, afines al oficialismo, se dieron a la tarea de reinterpretarla y resolvieron que sí, que puede optar por un período consecutivo más en la presidencia.
✍🏼 #Elecciones2024Sv | El Tribunal Supremo Electoral ha recibido solicitud de inscripción de la fórmula presidencial del partido @nuevasideas integrada por Nayib Bukele y Félix Ulloa. pic.twitter.com/v5cOR3UH2t
— TSE El Salvador (@TSEElSalvador) October 27, 2023
Esto no satisface a varios, pero todo indica que Bukele ganará por amplio margen las elecciones de febrero próximo y gobernará de 2024 a 2029, para “consolidar su plan”, uno con, como lo ha dicho varias veces, el que El Salvador se está transformando.
Tiene todo a su favor: un legislativo con mayoría calificada, un judicial que le aplaude y una población que lo adora.
Desempleo, maldito desempleo
El desempleo es un problema amplio y profundo. Casi el 50% de la población considera que, junto al alto costo de la vida, este es el problema que más agobia.
Oficialmente la tasa ronda el 8 %, sin embargo es mucho mayor.
El 44 % de los salvadoreños entre 24 y 34 años no tienen un trabajo formal y la informalidad o la migración hacia otro país se vuelven las alternativas para sobrevivir en un país donde habitar es muy caro (se dice que alguien comenzó a poner precios altos, los hermanos lejanos -la diáspora- comenzó a pagarlos y todo se fue al resumidero).