Católicos de Nicaragua tuvieron que resignarse a realizar las procesiones del Viernes Santo dentro de los jardines de la catedral metropolitana y no en las calles de la capital, como se acostumbra, debido a la prohibición de la dictadura de las actividades de Semana Santa.
Cientos de creyentes fueron confinados a los recintos del templo, porque la policía de Daniel Ortega vigilaba para que las actividades no se desarrollaran en la vía pública.
A diferencia de lo vivido en el resto de Centroamérica, en Nicaragua, país sometido por Daniel Ortega y su vicepresidenta y mujer, Rosario Murillo, prohíben actividades de la Iglesia Católica, como parte de su permanente campaña de ataque a quienes considera opositores.
El santo entierro solo se permite dentro de las iglesias en la Nicaragua en dictadura. pic.twitter.com/ImVWpy5gFK
— Miguel Mendoza (@Mmendoza1970) March 30, 2024
El arzobispo de Managua, cardenal Leopoldo Brenes, después de la limitada procesión con la que se recordó la pasión y muerte de Jesucristo, ofició una eucaristía.
Brenes es señalado por su débil participación en defensa de la Iglesia y, además, de estar cercano a los dictadores.
La prohibición de actividades católicas de Cuaresma, Semana Santa y otras fue prohibida por el régimen desde el año pasado.
La Policía solo autorizó realizar los viacrucis en el interior o en el atrio de las parroquias, pero no en las calles, de acuerdo con la información.
La población católica de Nicaragua es del 58 %.