La espiral de violencia que desde hace 5 años empezó a afectar a Costa Rica, sigue imparable en lo que va de 2024, alcanzado ya a agentes policiales y residentes extranjeros.
Sólo en la semana que concluyó el 10 de marzo, se reportó un ritmo de 2 homicidios por día de lunes a jueves y creciendo a 3 o 4 muertes violentas entre viernes y domingo.
En la semana, se destacó el asesinato del funcionario del Organismo de Investigación Judicial (OIJ) Luis Gerardo Alfaro Molina, de 40 años.
Fue secuestrado por hombres armados que lo interceptaron en una carretera de la provincia de Alajuela, lo llevaron a golpes a un cafetal y lo ejecutaron a balazos.
En el lugar abandonaron otra motocicleta en la cual se cree que se movilizaban los asesinos, quienes habrían huído del lugar en otro vehículo.
El fin de semana, entre al menos 13 homicidios reportados provisionalmente, también se reportó el homicidio de un hombre de 54 años, de nacionalidad estadounidense, identificado como Bryant Robert Craig.
El extranjero fue hallado sin vida en una residencia de clase media alta en Santa Ana, durante la madrugada de este domingo 10 de marzo.
El cuerpo estaba atado de pies y manos, y en avanzado estado de descomposición. El descubrimiento tuvo lugar en la calle Miramontes, en el residencial El Jardín.
El cuerpo de Craig fue encontrado boca arriba en su residencia, con un impacto de bala bajo el corazón. Se cree que Craig, quien vivía solo y recibía visitas ocasionales de una cuidadora, falleció aproximadamente dos días antes de que su cuerpo fuera descubierto.
La ola de homicidios, que alcanzó el récord de 907 en 2023, motivó al ministro de Seguridad Pública, Mario Zamora, a reconocer la tendencia enunciada por el OIJ de que el país volverá a superar 900 homicidios en 2024, al detectarse que grupos de crimen organizado han estado importando armas mediante empresa de seguridad, para evitar el rastreo de las compras.
La OIJ no solo anunció que 2024 va rumbo a repetir las cifras de 2023, sino que podría alcanzar en 2025 una tasa de homicidios superior a la de México en sus peores momentos de la guerra entre los carteles.
En 2023 Costa Rica registró una tasa de homicidios de 17,2 por cada 100.000 habitantes, mientras México bajó a 13 por cada 100,000 habitantes.
Los 907 homicidios ocurridos en 2023, según la policía del sistema judicial, suponen una seria crisis de la inseguridad para este país centroamericano de 5,1 millones de habitantes, por mucho tiempo considerado uno de los más seguros de América Latina.
Según el informe del Organismo de Investigación Judicial (OIJ), esa cifra significó un aumento del 38,6% respecto de los homicidios registrados en 2022 (654), cuando la tasa fue de 12,5 por cada 100,000 habitantes.
El promedio mundial es de 8 por cada 100,000 personas, según las agencias especializadas de Naciones Unidas.