El Volcán de Fuego, ubicado en las cercanías de Alotenango, Escuintla, Chimaltenango y Sacatepéquez, ha reducido su actividad eruptiva en los últimos días, las autoridades mantienen la vigilancia constante ante posibles explosiones de diversa intensidad, según el informe más reciente del Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (INSIVUMEH).
Durante la fase más crítica de la erupción, un millar de personas fueron evacuadas de las comunidades de El Porvenir y Las Lajitas debido a la intensa emisión de lava, gases y ceniza. Ahora, con la aparente calma del coloso, muchas familias han comenzado a regresar a sus hogares, aunque las autoridades han reiterado la necesidad de precaución.
El monitoreo ha detectado eventos de baja frecuencia y tremor sísmico de corta duración, lo que indica que podrían presentarse explosiones de características débiles a moderadas en cualquier momento.
Además, el viento sigue levantando sedimentos en las barrancas y el cráter, afectando a comunidades cercanas como Sangre de Cristo, Morelia, Panimaché I y II, Los Yucales, Santa Sofía y El Porvenir.
Otro de los riesgos latentes son los lahares, flujos de lodo caliente que pueden formarse si se registran lluvias. Esto se debe a la acumulación de material volcánico en barrancas como Seca, Mineral, Ceniza, El Jute y Las Lajas, que podría ser removido y arrastrado ladera abajo.
Las autoridades han instado a los pobladores a mantenerse alejados de estas zonas de riesgo y a seguir las recomendaciones oficiales.
Asimismo, la Dirección General de Aeronáutica Civil ha sido alertada sobre la presencia de ceniza en el aire, que podría afectar el tráfico aéreo en un radio de hasta 40 kilómetros.
Aunque la actividad volcánica ha disminuido, la historia recuerda la peligrosidad de este coloso: en los últimos 25 años ha registrado 81 erupciones, entre ellas la devastadora de junio de 2018, que dejó 215 fallecidos y numerosos desaparecidos.
Por ello, el INSIVUMEH mantiene un monitoreo constante a través de estaciones sísmicas y cámaras web para detectar cualquier cambio en su actividad.
Las autoridades turísticas y municipales también han sido advertidas sobre la importancia de restringir el acceso a zonas cercanas al cráter, mientras se evalúa la reapertura de rutas turísticas en el vecino volcán Acatenango, pero con medidas de seguridad reforzadas.
Los expertos insisten en que, aunque la situación parece estabilizada, el Volcán de Fuego sigue siendo una amenaza latente. Se recomienda a la población mantenerse informada y seguir las actualizaciones de las autoridades para evitar tragedias.