El guatemalteco almacén de ropa y artículos usados Megapaca pasará de ser un importador a vendedor en Estados Unidos con el inicio de operaciones de un portal web, dirigido a migrantes centroamericanos en este país, según una nota de la agencia Bloomberg.
Mario Peña, cofundador y director general de la empresa, reconoció que el camino “no será fácil” considerando que las tiendas de origen estadounidense, como ThredUp Inc., han tenido problemas para generar ganancias en un mercado donde con facilidad se desecha la ropa para ser enviada a los países pobres.
En una entrevista con la agencia, Peña aseguró que su plan es abrir la primera tienda física bajo la marca Megapaca en Estados Unidos en tres años. De momento, su operación regional ubica a la guatemalteca entre los pesos pesados en Guatemala, Honduras, El Salvador y el sur de México, con más de 6,000 empleados.
Al cierre del año pasado, importó más de 20.4 millones de kilos de productos usados desde Estados Unidos y vendió más de 70 millones de artículos. Peña detalló que tuvo un flujo de $200 millones en su negocio minorista presencial y a través de su portal web.
Fundada en 2001, como una alternativa para que los guatemaltecos compren vestimenta a un precio mucho más módico, el almacén tiene un portafolio de zapatos, ropa, accesorios, artículos para el hogar, juguetes y hasta instrumentos deportivos.
El modelo del negocio surgió cuando Peña apenas tenía 14 años y era estudiante de intercambio en Alabama. Asombrado por cómo los estadounidenses tiraban a la basura los sobres de salsa kétchup que no se comían, “empecé a pensar en traer residuos a Guatemala”.
“Mi principal objetivo es abrir tiendas en Estados Unidos porque es la única forma de ser el vendedor de ropa usada número uno del mundo. Y creo que podemos hacerlo mejor que en Estados Unidos, porque aquí podemos clasificar la ropa más barato”, dijo Peña.
Segunda oportunidad para una industria contaminante
Bloomberg reseña que la cantidad de ropa usada que los estadounidenses exportan se duplicó entre 2002 y 2022, a más de 753 millones de kilos.
Esta tendencia se vio favorecida por el “fast-casual”, un sistema de producción de las marcas para elaborar grandes cantidades de prendas de vestir a un costo bajo, pero que con facilidad terminan en vertederos de basura o en contenedores de donaciones para los países pobres. Solo en 2022, Guatemala importó algo más de 113 millones de kilos de vestimenta de segunda mano.
Una camisa en los almacenes de ropa usada puede costar hasta $1, sino menos, una cantidad que para muchos centroamericanos puede significar un esfuerzo dados los altos índices de pobreza.
Peña, originario de Escuintla, recordó una historia sobre un jardinero que trabajaba con su familia. Un día se resbaló y se rompió la rodilla. El hombre solo dijo “menos mal que no eran mis pantalones”.
Megapaca también sirve como primer filtro para una tienda de segunda mano en Gold Coast, Australia. “Comparamos la ropa en Estados Unidos, la clasificamos, la vendemos y la enviamos”, porque “somos más baratos y lo hacemos mejor”, dijo su cofundador.
Los empleados de Megapaca clasifican cada prenda de vestir y los precios se fijan con la guía de un ordenador a partir de las características y el nivel de calidad de cada artículo. Se imprime un código QR, que eventualmente registrará cuándo y dónde se venderá. Esa información va más allá, explica Peña, porque el algoritmo es capaz de rastrear la fuente original de este artículo.