La República Popular China le hizo una oferta al gobierno de El Salvador para refinanciar su pesada deuda externa, según reveló el vicepresidente del país centroamericano, Félix Ulloa.
“China ha ofrecido comprar toda nuestra deuda, pero debemos andar con cuidado”, dijo el vicepresidente Félix Ulloa a la agencia Bloomberg tras un evento en Madrid el lunes cuando se le preguntó sobre una posible reestructuración de la deuda.
“No vamos a vender al primer postor, hay que ver las condiciones”, advirtió Ulloa.
Si bien Ulloa no dio más detalles, es una indicación de que la nación continúa buscando formas de evitar el incumplimiento total de su deuda denominada en dólares. No está claro cómo funcionaría tal acuerdo, aunque es posible que China ofrezca a El Salvador algún tipo de financiamiento para que la nación pueda recomprar su deuda de los tenedores de bonos.
El Salvador, que ya recompró una parte de sus bonos y se comprometió a hacerlo nuevamente, apunta a recomprar más en enero, dijo Ulloa. La recompra probablemente se llevaría a cabo antes de que vencieran alrededor de $667 millones en bonos ese mes, dijo Ulloa.
“El ministerio de Hacienda junto con el Banco Central están preparando las condiciones de la segunda recompra”, dijo, citando que la nación podría usar los llamados derechos especiales de giro, o activos de reserva mantenidos en el Fondo Monetario Internacional, para financiar la recompra.
El gobierno de Nayib Bukele ha convertido a China en un aliado de su gobierno. China ha donado un parque de diversiones en el puerto de La Libertad y está construyendo una nueva biblioteca nacional en el centro de San Salvador. Sin embargo, un proyectado estadio de fútbol lleva dos meses de atraso.
El portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Zhao Lijian, dijo que no estaba al tanto del asunto cuando se le preguntó al respecto en una conferencia de prensa regular el martes en Beijing.
China ha enfrentado críticas por sus prácticas crediticias a los países más pobres, acusada de dejarlos con dificultades para pagar sus deudas y, por lo tanto, vulnerables a la presión de Beijing.
La afirmación es que China presta dinero a otros países, que terminan teniendo que ceder el control de activos clave si no pueden pagar sus deudas, una acusación que Beijing ha negado durante mucho tiempo. Es la conocida “Trampa de la deuda china”, una diplomacia que parece ser común en naciones asiáticas y africanas.
Un ejemplo citado a menudo por los críticos de China es Sri Lanka, que hace años se embarcó en un enorme proyecto portuario en Hambantota con inversión china.
Pero el proyecto de mil millones de dólares que utilizó préstamos y contratistas de China se vio envuelto en controversias y luchó por demostrar su viabilidad, dejando a Sri Lanka cargada con deudas crecientes.
Finalmente, en 2017, Sri Lanka acordó otorgar a la empresa estatal China Merchants una participación de control del 70 % en el puerto en un contrato de arrendamiento de 99 años a cambio de más inversiones chinas.