Los acuicultores de Honduras se sumergen en aguas desconocidas de las que desconocen si podrán sobrevivir con el cierre de los mercados de México y Taiwán, que ha derivado en una fuerte contracción en la producción de camarón en un 90 %, según la Asociación de Pequeños y Medianos Acuicultores.
Wilmer Cruz, presidente de la asociación, aseguró al periódico La Tribuna que el sector camaronero se enfrenta a la “peor crisis” que ha vivido hasta el momento.
El rosario de problemas del sector comenzó cuando la Administración de Xiomara Castro rompió en abril de 2023 relaciones diplomáticas con Taiwán, que consecuentemente llevó a suspender el tratado comercial que dejó a la deriva a los productores que tenían ingreso preferencial al mercado asiático.
Después de meses de quejas y sin soluciones, se sumó a la ecuación el cierre temporal en México al ingreso de camarones de granjas provenientes de Centroamérica mientras se realiza una investigación para determinar que el producto no sea de contrabando desde Ecuador.
El gobierno hondureño defiende que se abrió un mercado mucho más grande con el reconocimiento de China, cuya población supera las 1,400 personas. Sin embargo, los productores se quejan que Pekín paga la mitad del valor que hacía Taiwán, mientras que los costos logísticos y arancelarios son más caros.
Cruz reiteró que negociar el envío de contenedores de camarón no es favorable para los acuicultores locales por el “bajo precio de compra del producto en ese país asiático”. Al margen, la Asociación Nacional de Acuicultores de Honduras aseguró recientemente que en un año de relaciones diplomáticas con China no se ha exportado ni una sola libra de camarón.
Como resultado, el sector estima que se han perdido más de 7,000 empleos y más de 250 fincas cerraron en el último año.