Más de 4,000 ciudadanos de Centroamérica se beneficiaron con un programa de respuesta a la crisis alimentaria generada por la pandemia de covid-19, implementado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Unión Europea (UE).
El proyecto, con una inversión superior a $8 millones, se comenzó a implementar en 2021 en 45 municipios del corredor seco de Guatemala, Honduras y El Salvador, donde se incluyeron a 549 hogares.
En un informe de resultados, presentado el 9 de octubre en Comayagua, Honduras, la Unión Europea detalló que un 53 % de los beneficiarios eran mujeres, así como un 35 % de personas jóvenes y un 50 % corresponde a ciudadanos indígenas.
Según la EU, al menos 4,300 personas participaron de jornadas de capacitación en agricultura sostenible adaptada al cambio climático y ciclos productivos. Además, 2,700 ciudadanos fortalecieron sus “destrezas” para el desarrollo de negocios e inclusión financiera.
“La UE y la FAO tienen un compromiso mutuo para poner fin al hambre y la malnutrición. Con el valioso apoyo de la Unión Europea, nuestra Organización busca implementar enfoques, herramientas y productos innovadores que beneficien a las comunidades rurales, al tiempo que sirven como importantes agentes de cambio positivo para las poblaciones más vulnerables”, afirmó Adoniram Sanches Peraci, coordinador subregional de la FAO para Mesoamérica.
🌾Hoy se lleva a cabo una misión de monitoreo de proyectos de #SeguridadAlimentaria en el Caserío El Centro, Cajón del Río, Camotán 🇬🇹
En el marco del proyecto Incrementar la seguridad alimentaria a través de la #AcciónAnticipatoria y la respuesta de emergencia en Centroamérica. pic.twitter.com/9qQBRCjklJ
— FAO Mesoamérica (@FAOMesoamerica) October 15, 2024
En los tres años de ejecución, el proyecto acompañó a 600 emprendimientos con visitas técnicas y organización de eventos con proveedores. Además, se realizaron ruedas de negocios y ferias para abrir las oportunidades de mercados y créditos.
Los negocios creados corresponden a los rubros agrícolas, como cultivo hortalizas, hongos, flores y café. También hubo desarrollo de emprendimientos en ganadería, avicultura, apicultura y servicios relacionados a la agricultura (mecanización).
La EU destacó que el proyecto ayudó a que siete de cada 100 hogares beneficiados superaron la inseguridad alimentaria grave. De igual manera, el informe de logros señaló que 17 de 100 familias lideradas por mujeres salieron de esta condición al mejorar sus medios de vida.